♯𝐅𝐎𝐔𝐑𝐓𝐄𝐄𝐍·

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Rio y Alaska salen del sótano y suben a la planta principal, se despiden y cada uno toma su camino. Las cosas habían cambiado en el Atraco, pero al menos se habían tomado el tiempo de disculparse por gritarse.

Alaska tenía que estar al mando por un momento en lo que Berlín se quedaba en la oficina junto con Rio para lograr vigilar a los doctores que entrarían. A este punto, la rubia había trasado una línea entre ella y el líder.

Se convenció a sí misma que Berlín quería el éxito del plan y que no haría otra imprudencia, por el momento su plan para sacarlo del mando estaba en pausa. Por el momento.

Jang Chaewon comienza a caminar entre la fija de los rehenes, con la cabeza en alto y una mirada que los hacia temblar, en su mayoría pues algunos estudiantes que aún le guardaban rencor la miraban de manera horrible.

—Quiero todos atentos, evitemos que le disparen otra vez a alguien —Ordena, se detiene para observarlos con detenimiento, se topa con la mirada de una castaña que comenzaba a ganar su odio—, ¿Qué me miras?

Anne le da una última mirada antes de apartarla con aires de arrogancia. Luego su atención va hacia el final de la fila, un par de estudiantes se secreteaban mientras la miraban, tan poco discreto que se alcanzaba a escuchar por el lugar.

—Mírala, dando órdenes cuando en clase no podía ni mantenerme la mirada —Murmura una pelinegra, Jinni, ella nunca le daba la mirada a la rubia en clase.

—Exacto, ¿Ya no le tiembla la voz a Park Rose? —Murmura la otra, Yunah, ella nunca le hablaba sin que su voz tiemble a la rubia.

—Querrás decir "Alaska" ━Ambas sueltan una risa, tan concentradas en su mundo que no notaron que la rubia las miraba.

━Dejen de describirse, Jinni y Yuna —Dice Alaska ganando las miradas sorprendidas de las dos—, Olviden el pasado y concéntrense en el futuro, futuro en el cual sus vidas dependen de mis órdenes.

Suelta un suspiro al ver las mismas chicas bajar la mirada y dejar de murmurar.

—Pónganse las máscaras y porten las armas, aunque estén vacías —Termina de explicar para luego darle una mirada a la cámara de seguridad.

Rio sonríe discretamente mientras intenta olvidar la culpa que sentía, se sentía mal por no poder ayudar al director ni a Minsun. Necesitaba controlar su miedo a la sangre para poder demostrarle a Alaska de lo que es capaz.

La rubia les da una última mirada a los rehenes antes de poder aun lado del escáner, esperando a que Helsinki accionara el botón, los doctores y un par de enfermeros entran con algo de miedo, mirando a todos los enmascarados que los apuntaban con las armas.

Alaska se queda viendo a uno de los dos los enfermeros que entraron, recordaba a ver visto su rostro en algún lado mientras vivía en el norte, pero prefiere dejar de suponer y concentrarse en lo que hacía.

—Coloquen el equipo en el escáner, y avancen con los brazos extendidos —Ordena Alaska.

La combinación de los dos acentos coreanos, la icónica cabellera rubia y su figura delgada se le hicieron muy familiares al policía, juraba a ver visto esa anatomía en algún lado mientras estaba en Corea del norte. ¿De algún clan de narcotraficantes?

Observa como Nairobi revisa a los doctores y enfermeros mientras que Alaska y el enfermero de lentes compartían miradas.

—Guardaremos los objetos personales hasta que se retiren ¿Okey? —Dice Nairobi, les extiende una charola de plástico a los doctores y estos dejan sus objetos con rapidez.

Alaska se acerca a Berlín en cuanto él aparece por la puerta, este les indica de manera rápida y en susurros que uno de los enfermeros era un policía infiltrado, les pidió que se mantengan alerta.

𝘈𝘛𝘙𝘈𝘊𝘖; 𝘙𝘪𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora