♯𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍𝐓𝐄𝐄𝐍·

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Durante la mañana, Nairobi se tomó la tarea de anunciarles a los rehenes los nuevos cambios, se pusieron felices porque Berlín no estaría más en el mando y festejaron a gritos cuando Misun apareció intentando caminar con ayuda de Denver.

Alaska y Nairobi los guiaron de nuevo a la sala de exhibiciones, donde colocaron a las mujeres en una sala y a los hombres en otra, apartando a los heridos. Todos se miraron entre si al no entender por qué ese cambio, un nuevo líder con buenas acciones les era difícil creer.

—Se quedarán aquí de ahora en adelante —Dice la estafadora—, Solo vigilaremos las salidas, para que puedan usar el baño cuando quieran.

—A excepción de los heridos, dormirán en salas separadas —Termina la rubia—, Creo será mejor y más cómodo que dormir en el suelo del vestíbulo.

En ese momento llegan Denver, Misun, Tokio y Rio. Él de cabello largo ayuda a Misun a acomodar bien su pierna, cuando la mujer esta cómoda la regala una sonrisa y luego él se la devuelve más tímidamente antes de alejarse con la mirada del director sobre él.

—No tenemos ninguna intención de lastimar a ninguno de ustedes. Espero que olviden los malos recuerdos de Berlín, construyamos una relación de cooperación —Añade Nairobi—, ¿Todo bien? —Recibe una respuesta positiva de los rehenes.

—¡Muy bien, a trabajar! Los heridos están exentos y los demás pueden descansar hasta su siguiente turno —Dice Alaska.

Las cuatro personas que comenzaban a mantener una conversación sobre lo que podrían a hacer para que los rehenes estén más cómodos con ellos cuando se acercó Denver, feliz por lo bien que respondían los rehenes a las primeras dos órdenes que dio la rubia.

—Nairobi eres una experta —Comenta colocándose enfrente de Tokio y Alaska, luego suelta su peculiar risa—, Y la verdad, tengo que admitir que Alaska es mucho mejor que Berlín.

—Concuerdo con eso —Dice Rio, mira a Alaska y le sonríe.

—Oigan, les recuerdo que Tokio también es líder —Recuerda la rubia mientras abraza la cintura de su amiga.

—Tú te mereces más crédito —Dijo Tokio.

—Tienes razón —Apoya Nairobi.

—¡Hay que alabar a nuestra querida Alaska! —Exclama Denver haciendo algo de ruido donde Rio también se le une, pero se callan al ver la expresión de Alaska—, ¡Hay que alabar a nuestras nuevas lideres! ━Arregla asiendo que la ruba seda.

Denver hace un saludo militar provocando la carcajada de Nairobi y Rio, la risita de Alaska y la sonrisa de Tokio. 

—¿Qué dicen sobre celebrar los nuevos puestos de Alaska y Tokio saliendo de esto? —Prepone Rio—, Tenemos que bailar samba.

En ese momento los cuatros se ríen por sus palabras, pues era lo que dijo cuando se conocieron por primera vez y escogieron sus apodos. La risa de la rubia se esfuma cuando el castaño la toma y comienza a bailar samba con ella. 

Los presentes y algunos rehenes suelta una risa cuando la pareja se detiene con una sonrisa en los labios.

—Concuerdo con el niño —Dice Denver.

—También yo, algo de alcohol y buena comida vendría bien para cuando terminemos —Apoya Tokio.

—Yo me apunto, solo que por favor Alaska, no corras a Rio de mala manera de tu habitación como lo hiciste la última vez, me sentí mal al verlo lloriquear —Dijo Nairobi haciendo que los miembros del atraco vuelvan a reír, solo que Rio lo hacía falsamente.

𝘈𝘛𝘙𝘈𝘊𝘖; 𝘙𝘪𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora