♯𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄·

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Jang Chaewon conocía la traición gracias a los años que vivió con su padre, él señor Jang era alguien digno de seguir y tenerlo como amigo, pero muchas veces a sus aliados se le daba por traicionarlo más veces de lo normal.

La traición era algo que pensó la rubia algunas veces mientras recibía la capacitación, pero jamás pensó que llegaría o al menos no tan pronto.

Algo era obvio, Jang conocía la traición, pero Alaska claramente no, su nueva personalidad, por así decirlo, confiaba ciegamente en todos, pero muchas veces el exceso de confianza solo motiva a otros para traicionarlo.

En este caso, preferirá no guardar rencores, porque gracias a esa traición podrá mejorar la situación.

Rio suspiro aliviado al ver los carritos detenerse de golpe. Nairobi, quien se había puesto entre los dos carritos y los había detenido justo antes de que salieran, miraba a Berlín con expresiones arrepentidas mezcladas con culpa.

—Yo soy la traidora —Dijo—. Los traicione.

—Lo dices de verdad —Habla Helsinki, con voz temblorosa y acercándose a la mujer.

Nairobi no se movía, mantenía una expresión triste y le regalaba una mirada avergonzada a Helsinki. El hombre se acercó a ella y la toma del cuello del traje, sacudiéndola mientras la fulminaba con la mirada.

—¿Por que lo hiciste? ¡Habla! —Grita Helsinki—. ¿Cómo pudiste? ¿Después de todo lo que hemos pasado?

—Tengo un hijo, cuando el nació no tuve opción más que abandonarlo —La voz de Nairobi tembló hasta finalmente salir un sollozo.

Todo se reducía a una cosa, Kim Sangnam era el problema. Su táctica de manipulación tal vez no había afectado del todo a Rio, pero si a otros, otros que verdad. Cuando Nairobi comenzó a sollozar, Tokio y Alaska se miran.

—¿De verdad funciono? —Pregunta Tokio, luego su mirada va hacia Berlín.

—Así es ━Confirma el hombre.

—Les dije que funcionaria —Dice Alaska.

—¿Que? —Pregunta Denver, mirando a los tres sin comprender—. No estoy entendiendo nada.

—Suéltala Helsinki —Dice al mismo tiempo Tokio y Alaska.

Las manos de la rubia van al borde de la soga y se desata sin problemas, levantándose del carrito y acercándose a Tokio y Berlín, quienes miraban a Helsinki alejarse un poco con los ojos llorosos y expresiones confusas.

—Aunque Nairobi nos traiciono, ya les explico —Dice Moscú mientras se acerca a la mujer y mira a las dos lideres y al exlíder— ¿Ustedes no harían lo mismo que ella por un hijo?

—Tranquila, no te preocupes —Habla Tokio—, Nos encargaremos de tu hijo.

Tokio había guardado su distancia, pero Alaska no era mucho de eso, así que camino hacia la mujer en cuanto las lágrimas humedecieron las mejillas de esta. La rubia se acerca y la abraza, acariciando el cabello corto de Nairobi y siendo correspondida con fuerza.

—Ya teníamos el plan de salir —Sigue hablando Tokio.

Alaska limpia las lágrimas de la mujer mayor y se asegura que ya esté más tranquila para luego acercarse a su amiga.

—El plan es expulsar a Tokio y Alaska, fingiremos un conflicto —Explica Berlín.

—Si las sacas la policía las atrapara —Dice Denver.

—El Profesor va a sacarnos —Apunta Alaska.

━¿Y cómo? —Exclama Rio, mirando la escena sin comprender una mierda—, No será fácil, aunque sea el Profesor.

𝘈𝘛𝘙𝘈𝘊𝘖; 𝘙𝘪𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora