Capítulo 2

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El subir la gran montaña de los Lan sin sus espadas es un infierno, pues, por alguna razón se les pidió que subieran las incontables gradas a pie. Aún así había jóvenes que decían que las gradas son menos que las reglas que se someterán por un tiempo. Tómenlo como una bendición el tener ese tiempo de subir gradas.

—Una tortura, pero llegamos— dijo Wen Chao botando sus maletas en la primera cama de la entrada de la habitación y echándose con despreocupación — ¿a qué hora tenemos que ir a eso de los presentes?

—Justo ahora — Cheng le boto la maleta en el estómago — Chao, no rompas el regaló.

Ning y Rei se rieron al ver eso mientras dejaban sus maletas.

—¡Idiota! —se burló —primito...— quito la maleta —¿por qué tienes esa mascarilla?

—Por RiaHeng — suspiró — ella me lo pidió. Un problema, casi golpeó a un chico...

—¿Por? —dijo Ning —¿sucedió algo?

—No es la gran cosa — habló Rei — que aprenda que el clan Wen es el mejor.

—Estoy de acuerdo — Chao se levantó —pero también quiero saber, ¿por qué?

— Quiso propasarse con ella...

En la entrega de presentes y formación para indicaciones de estudio, fue más de lo mismo. Los Wen que no han asistido en décadas a estas clases se sienten muy observados e incómodos por esto.

Cheng jalo más a su lado a su prima al darse cuenta que el dichoso acosador no parecía apartar la mirada. En eso estaba cuando noto unos ojos tan claros y expresión dulce como la miel.

Sus ojos se cruzaron por un momento y este joven le sonrió haciendo que Cheng se sienta un poco pequeño.

Al acabar la clase y al ser comunicados que serán separados en ciertas clases de las chicas, Cheng se acercó al Lan que le sonrió.

—Disculpa, ¿Lan Xichen? — parecía curioso.

—Sí, ¿y tú eres?

—Wen Cheng —sonrió — se te cayó esto — le entregó una placa de jade que el Lan cargaba en su ropa — lo note antes de salir y bueno pensé que lo extrañarías.

Lan Xichen pestañó un instante y miró su cintura. Era verdad, se había caído esa pieza sin darse cuenta. Iba a ser raro si decía que se distrajo por los ojos del chico que parecían algo feroces y cálidos.

—Gracias, yo no lo note.

—Bueno, pensé que era algo especial así que...—deseaba huir, sentía que estaba haciendo algo tonto al hablar así sin razón, en primer lugar, por qué lo está haciendo y más por qué está nervioso.

El Lan le sonrió.

—Si es algo especial, es algo que me dio mi madre.

—Si se lo dio su madre debe ser importante y ella se hubiera preocupado si lo perdiera.

El Lan no sabía si decirle que su madre está muerta, arruinaría está charla tan agradable.

—Bueno es una placa especial después de todo joven Maestro Wen.

—Me alegro mucho de ayudar a que mantenga esa sonrisa... — estaba por retirarse.

—Oh, usted...—lo detiene.

La voz de Qiren dispersando a los chicos a sus cuartos no tardó en sonar, los dos tuvieron que despedirse.

—Vaya — una joven molestaba —¿coqueteando?

MANO CALIDA (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora