Capítulo 20

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Lan Xichen camina tras Jiang Cheng.

Están incómodos y apenas cruzan palabras.

Viajan a Ciudad sin noche para hablar sobre la daga robada por Wei WuXian y Lan Wangji, en el camino se encuentran con Nie Huisang y Wen Ning paseando por las calles.

—¿Nie Huisang? — Cheng lo reconoce y lo ve girar suavemente —¿No deberías estar en Qinhe?

—Eh... ¿sí? Bueno, no lo sé...

—¿Cómo es que no lo sabes?

—Vino de visita con mi sobrina Nie ZhaHai.— responde Wen Ning con un elegante saludo de por medio.

— ¿Hacer qué? —Sigue cuestionando Cheng.

—A comprar este libro — lo muestra con duda.

Cheng y Xichen se acercan a ver y se sorprenden con el título, han pasado años desde que han escuchado o leído tal libro.

—La Danza de las hadas es una novela infantil poco vendida y que solo la publican en Qishan —dice Cheng algo nostálgico.

—Ahora tiene imágenes —responde Huisang guardandola de nuevo.—¿Y ustedes qué hacen aquí?

—Confidencial —dice Cheng enseguida.

No dicen mucho o mejor dicho nada, pronto piden una audiencia con Wen Xu para hablar del tema. Se critica el robo de Wei Ying y Lan Zhan sobre la daga al igual que se señala exhumaron el cuerpo de Wen Chao y se encontraron que lo han calcinado hasta las cenizas y han destruido la tumba en dónde descansaba.

Lan Xichen y Jiang Cheng revisan el lugar con las indicaciones de Wen Xu y pronto escuchan que Nie ZhaHai ha desaparecido.

Los tres hombres se vuelven a ver aterrados con la noticia. Nie Huisang señala que lo último que encontró cuando su sobrina desapareció fue una peineta de madera de mala calidad en la que se detalla el diseño de una azalea roja.

—Wen Qing nos va a matar —dice con sudor frío Wen Xu.

—Si mi hermano no nos mata primero — llora tras el abanico Huisang.

Cheng huele el objeto y el crisantemo con polvo de cadáver lo hace preocupar.

—¿Quién le dió esto? — dice con la peineta en mano.

Los tíos de la Nie y Xu niegan haberle dado algo como eso cuando Qin Su entra con su hijo aún triste y lastimado. Wen RuSong confiesa que él lo hizo hace un par de días, al igual que comenta haber escuchado una música extraña venir de un callejón al cual Nie ZhaHai se sintió atraída con otras chicas.

RuSong quiso detenerla, pero la Nie era mucho más fuerte que él y lo empujó lejos. No recuerda mucho por el golpe, pero cree haber visto dos jóvenes encerrandola en un carruaje.

—¿Cómo se veían esos dos?

—No recuerdo bien... pero la chica ciega vestía de verde y tenía coletas y el otro vestía de negro y parece que comía una funda de manzanas acarameladas... —hace mímica.

—¿Chica ciega vestida de verde? ¿Llevaba un bastón de bambú?

— Creo que sí. Ya les dije, no recuerdo bien...

Lo que detalló el joven Wen encajaba con los vendedores misteriosos en la provincia de DaoYe.

Confirmaron lo que temían. Están usando trucos sucios para aplicar maldiciones sobre las jovencitas y mujeres.

—No importa que. Quiero que cierren toda la ciudad —comanda Wen Xu — interroguen, requisen y arresten a los sospechosos de haberse llevado a Nie ZhaHai.

Ciudad Sin noche quedó sumida en un caos de búsqueda de una jovencita hija de un temperamental líder y de la mejor médica entre los clanes de cultivo.

Cheng toma sus armas y sale de la ciudad buscando alguna respuesta de lo que está pasando y tras él Lan Xichen busca la forma de compartir la información con quiénes parecen interesados en resolver este caso.

—Ming Shi partió con las notas.

—¿Comentaste lo de ZhaHai?

—Es lo primero que mencione.

Se quedan en silencio.

—Es tarde, no la encontraremos aquí. Debemos salir de Qishan, es más probable que ya esté lejos.

—¿Dónde deberíamos ir ahora?

— YueLiang dijo que la daga parecía atraída hacia el norte. Pero tal indicación fue considerada desde la villa Mo.

—Villa Mo será nuestro primer destino —saca la brújula de Wei WuXian —o quizás Gussu Lan nos acerque más.

—Villa Mo es más acertado. Porque ahí apareció la daga.

Ambos quedan de acuerdo, toman un trago de su té y parten al amanecer.

Tardaron en llegar a esa Villa, pensaron que se encontrarían con un caos cuando se enteraron que Mo XuanYu dejó a los mayordomos y sirvientas instruidos para el manejo de las tierras. Cosa rara, porque ese joven es un loco.

Comienzan a sospechar de la triada de las rosas como se le conoce a la agrupación de Lan Lan, Wen YueLiang y Mo XuanYu. No quieren, pero los pasos y datos que ellos soltaron son extraños.

Comen en una posada que logran alquilar. Después de toda la adrenalina constante que han estado viviendo este minuto de silencio frente a frente es una confrontación segura de los sentimientos que aún resguardan en su corazón.

—¿Cómo han estado tu esposa y tu hijo? —Pregunta Xichen.

—Están bien —Cheng responde de inmediato.

—Pensé que veías a Wen ZhuJie como una amiga y nada más.

—Lo sigo haciendo.

—Pero te casaste con ella — dice con rencor — y tuvieron un hijo.

—Eso no es de tu incumbencia Lan Xichen.

—Tienes razón, no lo es — deja el plato después de notar que no hay nada más que comer — creo que debíamos pagar por dos habitaciones.

—Solo tenían una, pero si insistes puedes buscar otro hospedaje. Quédate.

—¿Estás seguro?

—Estamos juntos en esto — dice mientras sigue comiendo.

Un "aún te amo" quería salir de la boca de ambos, pero su orgullo y muchos más sucesos pasados en la batalla de hace años quebranto su relación. No pudieron estar juntos en los momentos más difíciles, dudan que puedan estarlo ahora.

Al día siguiente se levantan y comienzan a vestirse, se miran de reojo la piel desnuda del otro. Pues están de espaldas aguantando la tentación.

Ming Shi canta en el cielo y aterriza en la ventana con una nota en la pata.

Leen el informe y contestan con pocos detalles.

Pasa una semana.

La brújula señala una dirección distinta a Gussu Lan y se dirigen al lugar. Rozan sus manos y se ruborizan como si nunca han probado el amor.

—Casi te caes —Cheng ayuda a Xichen a bajar de la espada — el viaje debió ser agotador.

—Un poco sí. ¿Crees qué llegamos?

—Creo que sí —miran a un pueblo cercano — este sitio me parece conocido.

—¿Enserio?

Cheng leé el letrero a la entrada del pueblo.

—Bienvenido a un distrito rojo...

—No parece uno.

—Lo es...

MANO CALIDA (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora