2. ¿Preparada?

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Viernes 4 de Noviembre.

Viernes en la noche y la música del boliche estaba más fuerte de lo normal, se notaba la euforia de los pibes y pibas en el baile.

Era una de mis última noches disfrutando Gran Buenos Aires, por lo menos por unos cuantos días que iba a estar fuera del país.

Los chicos, quizás más chicos que yo, se me acercaban para bailar o para invitarme algún trago. Por mí parte estaba negada a estar con alguien esa noche, normalmente si veía a alguien lo suficientemente lindo para mí iba a disfrutar de la noche y del sexo sin ataduras. Amaba la libertad de estar soltera, pero no hoy. Hoy quería disfrutar de la música, de estar con mis amigos.

—¡Chicos!—llegue a la mesa vip de nosotros— Tengo mucho calor, ¿Hay algo frío?

—Si, toma gorda, recién fui a pedir algo de agua fría, y me sofoco la gente toda apretada acá. —Se quejó mí amiga Ludmila, acomodándose su top y soplando con las manos su cara.

Había aire acondicionado y estoy segura de que estaba al máximo, pero el calor era casi insoportable. Tomé el agua, seque mí frente y acomode ni vestido corto y nuevamente fui a bailar unos cuantos temas más.

—¡Oaaa! —Gritó Lucas y Gusty unos grandes amigos de la universidad, mientras hacía palmas y yo perreaba delante de ellos—¡Mueva, mueva, mueva!

Me reí de las locuras que podía hacer sin que me importase que se estuviesen riendo de mi o esas miradas sobradoras de los demás, yo hacía la mía y ellos la suya. Con mis amigos teníamos mucha confianza, hacía mas o menos ocho años que los conocía y con Ludmila desde que iba a la secundaria, asique la vergüenza ya la perdí hace varios años atrás.

_______(...)________

Salí afuera para fumar un pucho, el viento fresco pegaba en mí rostro era un alivio que no podía comprar. Me puse a pensar, iba a estar en otro país, lejos de mí familia, en un lugar donde generalmente predominan los hombres y yo sin saber cómo comportarme delante de ellos ¿Debía presentarme? ¿Tratar a Scaloni de "usted", " mí señor"?

Me reí ante esa situación ilógica. Según la tarea que tenía asignada dentro de la selección es atender al jugador cuánto tiene alguna molestia o alguna incomodidad durante el juego o entrenamiento, en el menor tiempo necesario. Para mi era un reto y lo estaba aceptando. Era rápida y efectiva en lo que hacía, y tenía a los jugadores en mis manos, un gran responsabilidad y esta vez tenía que ser mejor y más rápida si era posible.

—¿En qué pensas? —Gustavo habló mirándome con una sonrisa— Ya se, no me digas, yo estoy más emocionado que vos y ni siquiera es a mí al que llamaron. Una suerte tenés.

Reí, la verdad que si la tenía. Amaba que él me apoyaba en cada decisión que tomé o los consejos que me dió, casi me mató cuando le dije que iba a rechazar la propuesta porque estaba insegura de dejar mí trabajo actual. Era el mejor.

Lo abrace y le dije— Si te dijera lo que pienso realmente ni siquiera soportarías las escenas vergonzosas y para un público adulto que estoy armando en mí cerebro en cada segundo.

Me reí nuevamente y él hizo un gesto de asco. No voy a decir que no era verdad lo que estaba diciendo. Al rato llego Ludmila con Lucas, la doble L, eran imposible de separar esos dos, eran algo pero no lo querían concretar, no los entendía, se celaban, se gustaban, ambos estaban solteros... por qué no empezar en una relación sería. Nadie les impedía nada.

En fin quien soy yo para opinar de la relación de los demás, quería lo mejor para los dos, así que es mejor no meterse.

—¡Ay que lindo que está afuera gor! No me dijiste nada, hubiese salido hace mil.

Hablo con su típico tono cheto. La adoraba.

—No lo que pasa es que te vi tan entusiasmada con alguien que preferí no molestar, viste. —mire para nada discreta a Lucas, el río y miro para abajo—Ay chicos, los adoro tanto, nunca cambien.

Ellos se empezaron a carcajear porque me vieron ya muy tomada, si bien era de mostrar los sentimientos libremente, no lo hacía al azar, cómo ahora. Reí con ellos.

5, casi 6 am y la gente caminaba por la calle recién salidos del baile, para ir directo a descansar un rato. Yo iba a hacer lo mismo, fui con Ludmi a su departamento, por lo menos descansar una dos o tres horas.

Me bañé y me puse su alguna de sus ropa para dormir, siempre éramos de compartir la ropa o quedarse a dormir en la casa de la otra, nos acostamos juntas en la cama y enseguida me quedé dormida.

Sonó la alarma a las 9 de la mañana y no quería ni abrir los ojos, por suerte era sábado y recién empezaba el día, tenía varias cosas por comprar.

Desperté a Ludmi, para ver si me quería acompañar necesitaba llevar varias cosas a Qatar que no tenía. Ella animada se levantó muy rápido y me siguió a al shopping mas cercano. No era de comprar acá, me gustaba las tiendas o la feria que vendían cosas vintage y lindas aunque no sean de marca, había salido de un lugar humilde pero uno nunca pierde esa manía de ir a ver qué hay.

Compré muchas cosas, me gasté la algo de mis ahorros en todo y no estaba para nada orgullosa. Sin embargo, era necesario. Lo primero que compre fueron zapatillas cómodas, un par de zapatos para salir a pasear, si quería ir a las fiestas de Qatar no era inconveniente, zapatillas deportivas para correr, estás última si eran de marca porque era requerimiento para entrar en la cancha. Pares de vestidos, ropa cómoda y deportiva, ropa interior de lo mismo y también para salir, en definitiva lo que más me dolió son los calzados, una fortuna pero ya era hora. En fin tenía todo lo que quería en la mano, lista para partir.

Desayunamos en un local dentro del shopping y nos despedimos a los pocos minutos ya que Ludmila tenía que hacer sus cosas y yo también, fui a casa, lo cual me quedaba lo bastante lejos desde ahí, entonces llegue por la tarde y estaba destrozada, no daba mas.

¿Por que siempre cuando salgo vengo cansada? ¿Estaré anémica? O es la vejez que me está alcanzando. 

Tire las bolsas en el suelo, me quite las zapatillas y me tiré en el pequeño sillón. Quería no hacer nada, pero debía armar mí maleta, no me quedaba mucho tiempo.

El 7 salíamos directo a Qatar.

Preparé lo que iba a meter en la gran valija, unos libritos, ropa para las ocasiones o salidas, más que nada cómoda y que no se me pegue al cuerpo. Zapatos y zapatillas, y la ropa interior separada en otra bolsita. No era de maquillarme, pero llevaba lo más importante. Algunas cremas, y elementos de aseo personal. Y por último preparé los elementos que iba a usar para el trabajo, aunque eso ya me lo proporcionaba la AFA, llevaba cremas y aceites, kits de entrenamiento, masajeadores, equipo de electroestimulador entro otros, todo en una valija separada.

Finalmente mís valijas estaban listas, mañana prepararía los papeles y el lunes ya me iría.

Estaba nerviosa, se supone que me presentarían los jugadores muchísimo antes, pero por percances no pudieron y decidieron hacerlo directamente allá.

Me moría de nervios por conocerlos, detrás de la pantalla es una cosa pero verlos a los ojos, tocarlos, no te lo imaginas ni en tus sueños mas eróticos, pero bueno, la tranquilidad era lo que necesitaba.

Encendí un incienso de vainilla y ambienté mi cuarto en algo agradable a la vista, tomé unas cuantas fotos para el Instagram y me entonces fui agotada a dormir, no sin antes descargar todas las emociones, con mí mejor amigo vibrador.


𝔘𝔫 𝔪𝔢𝔰 𝔪á𝔰. (''𝔇𝔦𝔟𝔲'' 𝔐𝔞𝔯𝔱í𝔫𝔢𝔷) 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora