48. Arg vs Fra. Angustia existencial.

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Narrador omnisciente

Rodrigo DePaul salió en la búsqueda de la chica con la que había experimentado una conexión intensa, un vínculo que no sabía si se asemejaba al amor que ella sentía por su compañero de selección, pero lo averiguaría después. Sintió una urgencia insistente de encontrarla; no podía permitirse dejarla sola, especialmente después de presenciar cuánto daño le habían causado las palabras de su compañero y es que desde que pateó la puerta del baño como un animal asustandolos entendió que su amigo fue un idiota y un completo estúpido. 

Le enojó toda la situación, desde él gritándole las cosas más hirientes que pudo haber escuchado de su boca, hasta ella diciéndole a Emiliano que lo ama. 

Cuando le llegó ese 'te amo', sintió como si le clavaran una espina en el pecho al saber que él no era el que realmente ocupaba un lugar especial en esas palabras. Le dejó un vacío en el corazón que nunca esperó sentir.

Sus pasos resonaban en los pasillos, ansioso por encontrar cualquier rastro de ella en el lugar. Aunque el dolor persistía en su estómago por el golpe, decidió dejarlo de lado; sabía que su amigo no lo había golpeado tan fuerte para dejarlo mal. Además, tenían pendiente su último partido en Qatar en unas horas, por lo que si se enteraban que hubo un pelea entre ellos era una expulsión directa del juego y sus sueños.

En ese instante, se replanteó varias cosas. Allí en la pelea, la imagen de Emiliano, cegado por la furia, se mezclaba con el recuerdo de Malia, con sus ojos llenos de dolor e incredulidad. Rodrigo se sentía dividido entre dos lealtades, entre dos personas a las que apreciaba profundamente como para quedarse en una sola pieza, no sabía para donde ir y si realmente era el camino correcto.

Aunque la respuesta parecía estar frente a él, solo faltaba tomarla.

Por otra parte, estaba esa sensación de impotencia terrible al no poder decir ni una sola palabra en aquella discusión, Rodrigo, con su temple impulsivo, fácilmente podría haber respondido a su amigo con la misma moneda, devolviéndole los golpes verbales y no verbales uno por uno, pero no lo hizo porque, muy en el fondo, él reconocía que Emiliano tenía algo de razón.

Y ese reconocimiento, lejos de calmar su rabia, intensificaban su frustración al quedarse callado, sintiéndose atrapado entre la necesidad de defenderse, defenderlo y defenderla. Es por eso que se convenció en que no podía hacer nada en ese momento, cuando en realidad, muy en el fondo de su ser, no quería hacer nada, ya que sí él estaba ahí para apoyarla y calmarla, le daba esa ventaja que inconscientemente quería para estar con Malia a pesar de sus nuevas realidades. 

Ese pensamiento egoísta lo destruyó en cuanto pasó por su mente, negándose a hacer algo en contra de su amigo, de la selección y menos de una mujer que apreciaba mucho.

Y es que si desde el principio, hubiese conocido la verdad sobre la relación entre Malia y su compañero, ni siquiera se le habría planteado la posibilidad de involucrarse con ella. Existían reglas inquebrantables, códigos arraigados que él mantenía con sus amigos y personas cercanas, y entre esos códigos estaba la intocabilidad de ciertos límites.

Sin embargo, todo cambió cuando la conoció a ella y rompió aquellos principios que tanto se esforzó por mantener. 

 Rodrigo después de escuchar la confesión de aquella chica de ojos cafés amaba a alguien más empezó a indagar más sobre su vida, decidió observar y prestar atención, ella era buena ocultando cosas pero no era buena ocultando sus acciones cuando estaba junto a Emiliano, entonces ahí se dió cuenta que ella tenía algún flechazo con el arquero de la selección, pero nunca imaginó que en realidad, si hubo algo físico y emocional entre ellos. 

𝔘𝔫 𝔪𝔢𝔰 𝔪á𝔰. (''𝔇𝔦𝔟𝔲'' 𝔐𝔞𝔯𝔱í𝔫𝔢𝔷) 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora