15. Imperio. Parte 2.

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Corría por toda la cancha junto a los chicos, cuando empezaron a esquivar conos y objetos de manera ágil, todo iba perfecto y además, el dolor de mi tobillo casi no se sentía ante los movimientos que se hacía. 

Estaba cansada, agotada por el ejercicio y por la linda situación de hoy a las 3 a.m, nótese el sarcasmo.

 A veces pisaba los conos accidentalmente, la mayoría se reía por eso y varios otros me ayudaron en esquivar mejor. Rodrigo casi no se despegaba de mi y yo trataba de separarnos un poco, si no... todos se iban a dar cuenta de que nosotros teníamos... algo.

Paranoica. Si por su puesto. 

Pero la verdad es que no me importaba lo que todos pensaban, si no, una sola persona. 

Después de unos 5 minutos de descanso yo continué trotando, mientras todos tomaban agua o iban al baño. 

—  Mal ¿Te sigue doliendo? —se acercó a mi mientras trotaba al lado mío. De Paul a veces era muy insistente. 

— No cora, no mucho—sonreí, qué era ese apodo para Rodri.  Yo a veces llamaba a la gente ''corazón'' o ''cielo'' ''amor'' sin darme cuenta, era algo incorporado en mi y no lo hacía con segundas intenciones, y eso es lo que le encantaba a la gente, amor y paciencia con ellos.

 Ay, como olvidarme que le dije ''cielo'' al chofer del colectivero del 74, pero bueno, eran costumbres que había aprendido. 

Su sonrisa se ensanchó y vi sus ojitos achinarse en consecuencia. Miró para abajo y yo seguí con la vista en frente. —  No se si te pedí disculpas por el golpe, pero perdoname, tenía que haber tenido más cuidado y más con vos... 

Reí y rodé los ojos— Rodri, no pasa nada, a cualquiera le podía pasar y si, ya pediste disculpas con tus miles de mensajes, no quiero que te preocupes más ¿Dale? Estoy bien, estamos bien.

Le guiñe el ojo y una sonrisa tierna salió de mi. El hizo lo mismo, trató de tomarme la mano pero la saqué antes de que eso pasara, haciéndome la desentendida, Rodrigo por favor... había gente viéndonos. Me miró confuso. 

— Creí escuchar que dijiste que no querías que se entere nadie, —le recordé sus palabras— Pensé en eso y toda la razón... 

—...Si pero cuando Juli te abraza, o Enzo se te acerca de más no les decís eso ¿No?

¿Estaba celoso? Lo miré conteniendo una carcajada.

— No me digas que te ponés celoso por Juli y Enzo —el no dijo nada, miró hacia otro lado, no podía ocultar mi sonrisa— Vaaaamos Rodri...

Lo empuje levemente, sus ojos serios me miraban ¿Qué era esta manera de celarme?. Estábamos trotando muy despacio para descansar y hablar cómodos.

Bufé y apuré un poco más el paso— No les digo nada porque son mis amigos con los que trabajo día a día, si a mi no me molesta no sé por qué te ponés así... —le aclaré y medio en broma le dije— Además con ellos no tengo lo que tengo con vos. Así que.... Bueno... Creo que es mejor que empiece a tener mas comunicación, así esos reclamos tienen algo más de lógica... Enzo no está nada mal eh...

El me tomó del brazo y me detuvo para mirarme, no estaba para nada contento con mi broma. Reí, es que verlo así era digno de una foto. 

— No es gracioso. —su boca se hizo un puchero, vi desde el fondo que todo el equipo estaba reincorporándose para seguir con el entrenamiento. Por otro lado noté enojo y el saber que no lo decía en broma era otro nivel.

No sé exactamente que significaba.

— Ya sé, pero la cara que pusiste era casi un poema. Y si, era una broma tontito, sos la primera persona que pienso en el día y en la noche. 

𝔘𝔫 𝔪𝔢𝔰 𝔪á𝔰. (''𝔇𝔦𝔟𝔲'' 𝔐𝔞𝔯𝔱í𝔫𝔢𝔷) 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora