30. Lejos.

134 11 2
                                    

Four Seasons Hotel Doha, The Corniche, Doha.

Vi una vez más el lugar detrás de la pantalla, era todo lo que una persona con dinero esta acostumbrada, cosas ostentosos, lujosas, con servicio ilimitado y con comida digna de una estrella michelín, era una vida sin preocupaciones. Que hermoso sueño el que estaba viviendo.

Entonces hice algo loco. O quizás solo quería andar desnuda por toda la habitación, disfrutando de la bella y hermosa soledad dentro de todo la riqueza.

Reservé un día en ese hotel, casi se me va el corazón al piso cuando vi el precio, ni en millones de vidas podría pagarlo pero lo hice... Quería ver lo que se siente tener una vida llena de cosas brillantes por una noche...

Claramente no estaba en mis cabales, pero era mi descanso e iba a disfrutarlo como yo quisiera y, además, estaba cumpliendo un sueño a la vez. ¿Quién en su sano juicio no quiere dormir, comer, nadar en un hotel de 4 o 5 estrellas, sin preocupaciones? Todos. 

Asique estaba preparada, avisé a Mara y Enzo que nos veríamos en el lugar ya que tenía bar y un restaurante, tomé mi pequeña mochila que previamente había arreglado con varios conjuntos de bikinis, ropa y agarré mi riñonerita. Planeaba usar del SPA, la playa y piscina, mi habitación era una suite privada con la mejor vista según los comentarios, por lo que sí, estaba muy emocionada. 

¿Y lo mejor? No había periodistas acosando a nadie.

Tomé la llave electrónica y la guardé con la tarjeta de crédito, el dinero en efectivo, perfume, protectores solares, toalla, cargador y... ¿Qué más me faltaba? No lo sabía, de todas formas no estaba tan lejos.

Abrí la puerta quedando en aquel pasillo abandonado, estaba por cerrarla pero miré la puerta de al lado... Se había ido enojado y no me había vuelto a hablar desde ese momento, rodé los ojos, qué se joda, en ningún momento le falte al respeto. Bufé, ¿Y si era como Rodrigo? ¿Y si me mentía también en la cara y yo caía en sus redes? Tan lejos no estamos, todos teníamos un Rodrigo dentro.

En mi caso era literalmente. Mierda.

Cerré con un inconsciente portazo, eso hizo que me sobresaltara volviendo a la realidad, me dispuse a seguir mi camino cuando Emiliano salió de la habitación y choque con él. Me aleje al instante y levanté la vista y ahí estaba con una remera Adidas negra y sus típicos short blancos, sus ojos se dirigieron a mi vestimenta, evidenciando el pronunciado escote y mis piernas al descubierto.

Nos quedamos un segundo viéndonos, cuando sonó mi celular, el Uber estaba cerca. Lo rodee pero el tomo mi cintura, dejándome sin escape.

— ¿Dónde vas? — me pregunto, inevitablemente vi sus ojos, veia ese destello de molestia en ellos.

— Salgo.— contesté con obviedad.

— ¿Sin mi? —me reclamó serio, yo solo querían ir a buscar el Uber porque, si no, me aumentaban la tarifa.

— Si, sin vos. — y le sonreí dándome vuelta para seguir con mi camino.

— ¿Con quién vas?— indagó caminando a mi lado, no dejaba de mirarme en busca de una respuesta más elaborada.

— Sola. —aclaré.

— ¿Así? —preguntó y yo me detuve en la salida, noté la cámara que apuntaba a la salida y me alejé mas de él.

— ¿Así cómo Emiliano?

— No, nada, es que te ves tan... sexi. Yo solo quiero que hablemos Mal. —Mire el mensaje del Uber.— ¿Quién es?

Lo miré con cara de "???" ¿Desde cuando era tan desconfiado? No le di motivo, no desde que deje a Rodrigo.

— Nadie, nos vemos otro día. —le dije evitando una discusión, por que razón estaba tan paranóico ¿Realmente creía que iba a salir a cogerme a alguien más? Si es así, era un idiota con todas las palabras.

𝔘𝔫 𝔪𝔢𝔰 𝔪á𝔰. (''𝔇𝔦𝔟𝔲'' 𝔐𝔞𝔯𝔱í𝔫𝔢𝔷) 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora