36. Filtraciones y preocupación.

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Último entrenamiento antes del partido contra Países Bajos.

Malia.

Estaba agotada.

Dios, no puede ser que de un momento a otro se me estén juntando todas las cosas, ni un minuto de paz tenía desde que llegué y no estaba acostumbrada para nada a todo este drama.

Me levanté con los brazos y piernas adoloridas, trabajar con tres personas aún teniendo ayuda de un fisioterapeuta si era bastante cansador... Más cuando todos necesitan esa equidad de sesiones y misma atención.

Los ruidos del cuarto contiguo eran evidente y me pregunté qué estaría haciendo Emiliano, no había querido hablarme desde lo que pasó con Dybala en el cuarto y me molestaba, porque si bien tenia ganas de aclararlo, él no daba tregua... Ya habíamos pasado una situación así ¿Por qué se comportaba de esa forma? Él no tenía 15 años y yo menos. Asique decidí que si quería saber lo que pasó realmente, iba a buscarme.

Por otro lado, tomé algo para el entumecimiento y seguí sin importarme nada, hoy era la última sesión de Ángel y Rodrigo, ahí se definiría los jugadores para mañana y teníamos que saber cómo continuar.

A primera hora atendí a Alejandro, la lesión de él si era bastante más compleja, por lo que ya se sabía que su lesión podría durar semanas, y sabíamos que no iban a ponerlo en la final, aunque nos doliese a muchos, esto era todo o nada y lo lamentaba por él. Pero era por Ale y por sus compañeros, obviamente se lo explicamos y, de hecho, sigo creyendo que quedó enojado por eso, por alguna razón él se aferraba a algo que desde nuestra perspectiva, no iba a pasar. 

Era el mundial y todo era válido dentro del juego ¿No? 

 — ¡Buenos días! — lo saludé y él respondió con una mueca— ¿Como estamos con el dolor?

El con dificultad se acercó rengueado para saludarme con un beso en la mejilla — Buenas Malia, y... ahí andamos, sigue doliendo cuando me esfuerzo, pero estoy mejor con las sesiones. Creo que, si pasamos, voy a estar mejor para el próximo juego. 

Le sonreí, no iba a tirarle la esperanza— ¿Si? Entonces sigamos, a ver si podemos hacer hoy algo nuevo, ¿Dale?

El asintió con disposición. Ocho de la mañana y él estaba haciendo cada una de mis indicaciones.

Cuando noté, por accidente, que su celular sonó, no le di importancia porque no era el mío y no debía entrometerme en lo personal. Juro que no intenté ver, aun así, el nombre "Sbna adm" apareció en la pantalla y me extrañó muchísimo.

 Pero no pensé demasiado, quizás era alguna conocida, o algo que no me interesaba, por lo que  deje mi celular al lado del suyo y fui a trabajar manualmente con él, el dolor en mis brazos había pasado pero estaba segura que por las noches iba a pasarme factura.

Terminando la sesión de dos horas y quizás un poco más, sonó mi celular con una llamada, supuse que era el mío porque era el típico sonido de Samsung y no del Iphone 84 que tenía mi agradable compañero. Samsung todos te odian pero yo te amo.

Fui a ver quien era, capaz era importante, en esta instancia yo no podía descuidarme, ya lo hice una vez y miren lo que pasó con Rodrigo, me sentía culpable de que él esté así y, de alguna forma, era mi culpa por no atenderlo como se debía o cuando me necesitaba.

 En cuanto puse las manos sobre mi teléfono, se encendió el de al lado mostrando varios mensajes con un único destinatario, Alejando. Mensajes casi tan confusos como preocupantes.

No quería ver, pero mis ojos se dirigieron automáticamente hacia ahí y como estaba de espaldas él no me vió leerlos.

"¿Ya esta hecho? no te olvides del trato."

𝔘𝔫 𝔪𝔢𝔰 𝔪á𝔰. (''𝔇𝔦𝔟𝔲'' 𝔐𝔞𝔯𝔱í𝔫𝔢𝔷) 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora