𝔘𝔫 𝔪𝔢𝔰 𝔪á𝔰. (''𝔇𝔦𝔟𝔲'' 𝔐𝔞𝔯𝔱í𝔫𝔢𝔷) 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀

46. ¿Golpe de suerte?

17/12/2022 

Universidad de Qatar

¿Alguna vez sintieron que por más que intentes no podés evitar el final de algo?

 Es como cuando ves una serie, la que sea, sabés que tiene muchos o pocos capítulos y estás en el momento en el que justamente te falta uno solo para llegar a concluir la historia.

 Ahí, en ese momento, entrás en el dilema en el que me encuentro: Necesitás ver el  último capítulo de esa serie atrapante, pero a la vez... no. Porque no querés terminarla, es lo mejor que te pasó hasta ahora y no podrías soportar no encontrar otra novela igual o parecida que te envuelva y te llame la atención hasta el momento como aquella misma. Por lo que inevitablemente la vas a ver.

Y esa era la sensación que sentía desde que realmente asimile que solo quedaba un día para irme de Qatar, un día para que los chicos jueguen el último partido, un dia para verlo a él lejos de mí. 

Y si, quería congelarme justo en este instante, pero no podía poner pausa a algo que iba a ocurrir quiera o no, en unas horas se definía todo y sabríamos lo que es ser realmente felices o nuevamente caer en la derrota.

Los preparativos para mañana estaban listos, las cajas dentro de las habitaciones prestadas de la universidad se hacían visible por donde miraras, en los cuartos de los jugadores las valijas estaban levemente armadas, de alguna forma no queriendo irse y terminar con este sueño tan rápido.  

Mis ojos miraban la maleta con la que llegué a Qatar, estaba ahí, sin hacer, no quería empacar porque eso significaba que era el fin de este momento tan mágico, lleno de personas maravillosas y nuevas perspectivas, significaba que iba a terminar de una vez por todas y que a partir de ahora solo viviría en mis recuerdos.

¿Cómo metía todo esos momentos en una maleta? Suspiré. 

Finalmente, había llegado la hora, un día para disfrutar de este momento con tranquilidad y muchísimo amor. 

Sin embargo, para mi, la paz y el amor siempre parecieron esquivarme. Por más que lo intente, era incapaz de evitar la explosión que tenía prevista en mi camino y lo peor de todo es que por más que intente cortar la mecha de aquella bomba, el fuego seguía su camino mientras yo corría de ahí para poder salir ilesa antes de que explote todo.  

Los mensajes de WhatsApp del cuerpo técnico y parte del equipo de la AFA estaba realmente llenos, pedían ayuda para poder terminar de empacar las últimas cosas y dejar el lugar justamente como nos lo dieron. Esa era mi señal para salir de mi cuarto.

 Intenté ayudarlos todo lo que podía, por lo que en el gimnasio, el lugar donde me encontraba ahora, estaba vacío completamente, acá habían terminado de entrenar los chicos ayer, por lo que hoy solo había un último entrenamiento en la cancha y no lo iban a usar más. 

Miré el reloj, 04:02 a.m ¿Por qué las horas seguían pasando tan rápido?

 Las cajas y bolsas apiladas en el centro del complejo se iban amontonando a cada minuto, y ya iba siendo la hora de despedirse de todo para así volver a nuestros hogares, habiendo o no ganado la copa del mundo, yo iba a tener que volver a casa, sola y sin él.

No quería pensar en sus besos, sus abrazos, su tierna mirada. ¿Por qué era tan cruel la vida?

Después de un tiempo, me dirigí a mi consultorio para poder vaciarlo, allí me encontré a Enzo guardando las cosas y desechando otras, por lo que sin esperar comencé a ayudarlo, en el transcurso, iban surgiendo charlas hermosas y tan divertidas: hablábamos de lo lindo que fue habernos conocido de esta manera, que no pudo haber sido mejor y en el momento más loco de nuestras vidas.