28 de Octubre 2022
Cada vez que necesito algo urgente nunca lo encuentro.
¡¿Cómo es posible que se me pierda todo?! ¡Ayer preparé los papeles, la ropa formal y todo lo esencial para que se me vuelva a perder el maldito documento de identidad!
¿Me lo habrá escondido los duendes? No, es una locura.
Estaba tan nerviosa que en cualquier momento iba a gritar de la frustración. Estaba a dos horas de presentarme a una de las propuestas de trabajo más importante de mi vida y yo estaba a 5 segundos de llegar tarde por culpa mía. O de los duendes.
— ¡La puta madre, dónde estás, más les vale que me lo devuelvan! —le hablé a la 'nada', dentro de mí pequeño hogar. Busque debajo de los almohadones del sillón, en las carteras, billetera incluso pensé que estaría en los bolsillos de mis abrigos. El maldito desgraciado no aparecía.
Entonces, una el reflejo de una luz roja iluminó el rabillo de mi ojo y miré la tele. Debajo de ella algo iluminaba brevemente, me acerqué y ahí estaba escondido el miserable, a simple vista jugando con mi salud mental.
— Acá estás hijo de tu madre, hoy no vas a hacerme perder la oportunidad.—le hablé como una loca y lo señalé. Era bueno saber que nadie estaba cerca para verme hacer eso.
Mi día comenzó a las tres de la mañana, muy temprano para mi gusto, pero tenía que prepararme lo mejor posible para estar presentable y salir aproximadamente una hora de casa. Cuando me puse el rubor y el brillo en mis labios, mi simple maquillaje estaba terminado y me encontraba casi lista para salir de casa, repasé mentalmente todo lo que tenía que llevar y salí por la puerta con mucha seguridad.
Cerré con llave la puerta y aseguré que no me haya equivocado en eso. No quería ser desvalijada en mi primera entrevista importante, sentía que era mi momento, la oportunidad que estaba esperando desde hacía años y hoy parecía dar una pizca de su magia en mi vida. Por otro lado, confiaba en mí, en mi experiencia de trabajo y quería más, no de una manera egocéntrica y alevosa, si no de superación y metas. Conseguir ese puesto era el mí sueño.
Camine por las calurosas calles de Buenos Aires en plena oscuridad cubriendo mi outfit elegante con una liviana campera exageradamente grande, que iba a sacarme en cuanto suba al colectivo, y mis zapatillas deportivas. Vivir en una zona no muy alentadora en donde la seguridad era lo que más faltaba, era lo más difícil de sobrellevar, sin embargo, una se acostumbra a hacer ciertos rituales para tener ciertos cuidados, cubrir mi vestimenta y pasar desapercibida estaba en lo principal de la lista. Es decir, Vivir 26 años de mi vida acá, podía conocer sus puntos altos y bajos.
Por lo que mis pasos apresurados y mi visión atenta no podía faltar hasta llegar a la parada más cercana, luego de tomar aquel colectivo y luego me embarcaría en un viaje de dos horas en tren para finalmente seguir mi ruta directo al Hospital Grandivich.
Allí me encontraría con el médico Diego Martínez, elegido como cuerpo técnico de la selección Argentina. Un agradable hombre mayor que tenía la suerte de volver a donde era feliz.
Un escalofrío recorrió mi espalda y la tan temible ruido de estómago se hizo presente por el nerviosismo. ¿Quién no estaría nerviosa en mí situación, tampoco quería proyectar demasiado pero si yo de alguna forma llegase a quedar... entonce yo..?
No, nada de idealizar las cosas. ¿Pero y si...?
Entonces llegó el colectivo.
— Buenos días. Mínimo, por favor.—apoyé la tarjeta en la máquina y el tambaleo me hizo sostenerme con fuerza del tubo de metal a su lado. Se acreditó el pago y como una estratega me senté en un lugar vacío en el fondo. Me moría de calor.
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𝔘𝔫 𝔪𝔢𝔰 𝔪á𝔰. (''𝔇𝔦𝔟𝔲'' 𝔐𝔞𝔯𝔱í𝔫𝔢𝔷) 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀
Fanfic𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀 || Editando Capítulos. 📍"Lo único que desearía es...Un mes más." Fecha de inicio: {13.dic.2022}✓© Fecha de finalización 【17.ene.2024】 ""¿Podrá el amor superar las barreras que el mundo les impone o sucumbirán ante la presión de...