27. Después de todo.

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Cuartos de final. Estamos en Cuartos. De. Final.

Qué se siente estar tan cerca de la cima y ver que de a poquito se va terminando toda esta gran aventura. 

Todos lo experimentábamos de distintas formas pero de alguna manera todos llegamos al mismo sentimiento... El agradecimiento, no importa las razones, siempre estaríamos agradecidos de compartir y ser parte de esta gran familia Argentina. 

La cena que tuvimos después de vencer a Australia fue el verdadero testimonio de nuestra determinación y convicción de querer quedarnos en este preciso momento y lugar, sin cambiar absolutamente nada y sin arrepentirnos. Fue un momento cargado de emociones intensas que plasmaron lo que nos representa como unión y fuerza.

Pero como en todo momento de la vida hay felicidad, también hay preocupaciones: Después de llegar nos fuimos directo a examinar a Alejandro porque se había lesionado en el partido, era bastante duro el golpe que se dió, y sospechamos que no podrá jugar hasta que no se recupere del todo.

 Cuando lo atendimos en el segundo tiempo no quiso decirnos pero notamos que algo le pasaba, por lo que prevenimos antes que lamentar y Scaloni lo remplazó con firmeza ante nuestras indicaciones. Ahora nos teníamos que concentrar en él y en Ángel que no jugó desde octavos por la misma razón, y también estaban los demás jugadores, era mucha movida, los ojos en la espalda no podían faltar en esta instancia, pero era un sacrificio que pronto nos traería recompensa. 

Por suerte nos ayudábamos entre los especialistas, Daniel los revisaba y nos informaba si había mejoras, Enzo y yo compartíamos la recuperación con el jugador, y los demás contribuían con actividad física leve, descubrimos que en equipo, Enzo y yo, hacíamos las cosas un millón de veces mejor, nos complementábamos y nos adaptábamos a las circunstancias e ideas. Era mi compañero perfecto.

Asique ahí estábamos, mis amigos y compañeros: Mara y Enzo, y después estaban los chicos de la selección: Germán Pezzella, Marcos Acuña, Guido Rodríguez y Emiliano Martínez haciendo la sobremesa, generalmente eran ellos los que se quedaban juntos después de comer, pero cada vez que podíamos nos uníamos a la ''banda del mate'' para charlar un rato.

Cada vez que escuchaba el nombre que le daban sus propios grupos era una bendición par mis oídos. Esta vez el término de la banda del mate fue tan mío como el de ellos, ya que siempre los veía juntos charlando con un mate o café en las manos, y digo siempre era cada día que veía sus cara.
A veces le decíamos la banda de la sobremesa, pero ésta última les gustó más. 

— ¡Nunca en mi vida creí tanto como ahora!  —dijo un Enzo muy emocionado, los chicos que comentaban su situación entre risas y bromas.

— ¿De quién fue la idea?  —pregunté entre risas, no podía ser. Ahí estaban los chicos con sus llamativos corte de pelo. 

— Y quién va a hacer, — Guido miró a Emi y Marcos que se codeaban de la risa — Estos que se cagan de risa, pero de la nada tiraron un ''si nos luqueamos con algo llamativo vamos a distraer a los australianos y le vamos a ganar, cuanto quieren apostar?'' Nosotros no le creímos, asique apostamos, estos dos cabezas se tenía hacer algo en la cabeza para el partido y ver quién ganaba...

— ¿Qué te querías hacer vos dibu? un ojo, un huevo ¿Qué era?—dijo Marcos, todos nos tentamos al imaginar al Emi con el diseño de un ojo en el cabello. 

𝔘𝔫 𝔪𝔢𝔰 𝔪á𝔰. (''𝔇𝔦𝔟𝔲'' 𝔐𝔞𝔯𝔱í𝔫𝔢𝔷) 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora