14- Odio que no te puedo odiar.

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Hoy soñé que te abrazaba.
No fue mucho más que eso, ni hizo falta más para que yo me sintiera en paz.

Es gracioso como una simple muestra de afecto puede paralizar tu mundo y ponerlo de cabeza. Es gracioso como la persona indicada puede hacer que olvides todo, absolutamente todo, con tan solo dos minutos de su tiempo.

Quisiera poder decir muchas cosas, quisiera que no me doliera la garganta por el enorme nudo que se instala allí cada que quiero pronunciar un "no me dejes, por favor", sin poder hacerlo porque ya me harté de rogar, de esperar algo que a fin de cuentas no va a pasar.

Me gustaría poder borrar todo en un par de segundos por tenerte rodeando mi cuerpo con tus brazos, proporcionándome seguridad, pero, ¿a quién quiero engañar? Por mucho que intente, nada podrá arreglar aquel hueco que dejaste en mi ser por tu falta de querer.

A solas con la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora