19- Ausencia.

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  Es de día, y te busco en las sonrisas de las personas que me rodean y me hablan hasta no dar más.

Es de tarde, y te recuerdo a la hora del té. Recuerdo tus manos sobre las mías, aquella promesa que a su vez prometiste nunca romper. Recuerdo tu risa, lo estable que me hacía sentir, y la manera en que me devolvías las ganas de vivir.

También te extraño por las noches, cuando la música sale a través de mis audífonos, aquella canción que me dedicaste hace dos años, mientras mencionabas lo feliz que te hacía, y me contabas que me admirabas hasta cuando me encontraba dormida.

Te siento en la brisa y en las melodías, se me achica el corazón cuando mencionan tu nombre, y ahora me pregunto, ¿cómo carajos borro este amor que me hiciste sentir? ¿cómo le digo a mi corazón que ya no estás, que ya no te importo, y que ya no volverás? ¿cómo le hago saber a mis recuerdos que necesito que se vayan, porque no quiero sufrir más?

Quiero dejar de pensarte, dejar de ver tu nombre inconscientemente en cada maldito libro que leo, dejar de recordar aquellas charlas por las noches en las que me recordabas que me amabas, y que para ti, no había nadie más que yo. Quiero poder olvidarte, porque tengo tantas razones para superarte, que ni siquiera sé por dónde empezar. Quiero poder odiarte, pero me faltan razones, porque me diste una versión de vos que nadie jamás conocerá, porque te di una versión de mí que nunca jamás otra persona tendrá la capacidad de admirar.

La luna ya no se ve igual desde que no estás, perdió su brillo, al parecer a ella también le duele saber que no regresarás. Y a pesar de querer superarte, odiarte y olvidarte, en secreto, sigo esperando el día en el que volverás.

A solas con la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora