16- Idealizar.

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No, no te idealicé. Sin embargo reconozco que en mi mente todo era diferente. Que no te ibas sino que te mantenías a mi lado entregándome todo, absolutamente todo de ti.

No te idealicé, pero sí recuerdo soñar que me abrazabas, y despertarme con un espacio libre en mi cama, porque no solo no estabas, sino que nunca estuviste, y eso, aunque no quisiera admitirlo, sí me ponía triste.

No te idealicé, pero me quedaron millones de cicatrices por esperar de ti aquellas cosas que prometiste, pero que nunca hiciste.

No te idealicé, pero me desarmé tantas veces por esperar por ti, que luego de que te fueras tuve que reconstruirme y pegar pedacito por pedacito aquellas partes de lo que fui, pero ya no volveré a ser, porque ahora que no estás ya no tiene sentido volver a utilizar aquellas partes que me hiciste eliminar.

Pensándolo bien, sí, sí te idealicé. Pero fue porque me prometiste demasiadas cosas, porque dijiste ser algo que no eras y que nunca serías porque en realidad solo eres un alma vacía buscando destruir a quienes supuestamente querías, y casi lo hiciste conmigo, pero antes de que todo terminara logré escaparme de la red de mentiras que habías creado especialmente para mí.

Y estoy agradecida de finalmente poder decir que logré liberarme de ti.

A solas con la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora