21- El arte de besar.

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Hay demasiadas formas de besar. Existen los besos suaves, sin malas intenciones de por medio, y luego están los besos cargados de pasión, de esos que empiezan siendo suaves, y terminan arrancándote el autocontrol y la cordura por un par de minutos e incluso horas.

Para mí, los besos más lindos son los besos al alma. Y sí, entiendo que eso pueda sonar demasiado cursi e incluso ligeramente cliché, pero una cosa es besar a alguien solo porque tenías ganas de hacerlo, y otra muy diferente es tomarte tu tiempo para recorrer la piel de la otra persona con besos suaves, y finalizar con un beso en sus labios, cargado de sentimientos que sin duda alguna no podrías expresar con palabras.

Hace algunos años no era tan fan de estas "muestras de afecto", porque creía que un roce de labios no podía demostrar nada, y, por tanto, no era tan relevante como lo hacían ver. Y esto puede sonar un poco exagerado para otras personas, pero en el momento en que llegaste a mi vida supe que contigo los besos iban a ser muchísimo más que solo un simple roce. Para mí, besarte iba a ser mi perdición (en el buen sentido, porque más tarde se generaría una obsesión).

Entonces cada vez que necesito decirte algo pero no encuentro la manera de hacerlo con mis palabras, porque a pesar de que me considero buena al hablar las cosas, no puedo expresar ni la mitad de todo lo que siento por vos, y te beso. Para vos puede que sea solamente eso, y que no simbolice ninguna otra cosa, pero para mí es muchísimo más que el contacto de nuestras pieles, porque siento que te estoy transmitiendo todo lo que siento por medio de algo que generalmente no se usa para eso. Y por eso me gusta besarte, e incluso unir nuestros labios por algunos segundos.

Lo que sí sé es que ninguna de las experiencias que he tenido a lo largo de mi vida con este tipo de muestras se comparan en lo más mínimo a las veces que me besé contigo.

A veces necesitamos de otras personas para entender el verdadero significado de algunas cosas, y vos te encargaste de darle sentido no solo a mi vida, sino también a las cosas más cotidianas en las que cualquiera podría pensar.

A solas con la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora