18- El principio del fin.

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Ahogo el nudo que se encuentra en mi garganta mientras mi respiración se sofoca al igual que mis emociones, conflictivas y destructivas.

Me encuentro afligida porque no encuentro la manera de liberarme de este tormento al que llaman vida, porque no puedo simplemente olvidar aquello que constantemente me lastima, porque soltar, para mí, se ha transformado en una completa agonía.

Me siento muerta por dentro, siento que ni siquiera puedo sentir algo sin huir, porque solo eso hago: huir. De mis emociones, de las personas, de las situaciones, ya sean lindas o feas, porque me da miedo terminar destruyendo aquello que se supone que debe hacerme feliz.

Mi ser se encuentra agrietado, no roto, porque es difícil que se rompa, pero sí con grietas que simplemente son muestra de aquello que me perturba día con día y noche tras noche. Todo lo que quiero es morir, poder liberarme de aquellas cosas que me hacen sentirme peor de lo que me sentía cuando decía que ya no podía. Sé que puedo, pero no sé si quiero, porque por dentro tan solo soy un mar de emociones más, emociones conflictivas, como ya mencioné, que lucho por retener para no soltarlas porque si las suelto, sé que puedo perder aquello que encontré cuando necesitaba un ancla.

Mi corazón late desesperado por recibir un poco de calma, aquella calma que me fue robada cuando tan solo era una niña. Lucho por sentir, porque me siento muerta por dentro cada vez que algo sale mal. Y lucho por reprimir mis ganas de no existir, y por más que intento salvarme no lo logro. ¿Será este mi destino?

A solas con la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora