Sonrio si tu me sonries

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Capítulo 15

Pv Lea

La brisa de otoño iba rápido, al igual que el maldito tiempo, con ellos habían cosas que simplemente no encajaban en mi cabeza, siempre desaparecían en el día a excepción de Nam Joon, además un día se volvían locos conmigo y otro eramos como amigos de toda la vida... De una forma u otra eso me gusta, por lo menos tengo gente con la cual puedo convivir.

Me levanté temprano, es miércoles, exactamente dos semanas desde que siete jóvenes extraños llegaron a perturbar mi hermoso sosiego.

Hice la constante y versátil rutina mañanera y fui directo a donde siempre con J-Hope y Jin.

El examen de mi vida estaba por comenzar, si lo pierdo, todo el duro y arduo trabajo que hice, se va a la basura, 60% de la nota del semestre no era cualquier tontería, esto no era broma.

Los chicos se fueron mientras yo presentaba el examen, el cual yo pensé que iba a ser la cosa más dificil, estresante y aterradora del puto universo, calcular la masa de plutón o cuantos granos de arena hay en el mundo, pero solo tenía dos puntos y para entender la dimensión de ellos era algo así como: ¿cuanto es 2+2?

Ese día no me había levantado tan feliz como siempre, el examen subió un poco mi energía, pero Juls volvió a bajarla, y justo ese día parecía que mis defensas emocionales estaban por el mísero piso.

-Lea- Jin llamó mi atención- ¿por qué dejas que esto pase?

No les dije nada, me fui ignorándolos y entrando a mi otra clase.

Sam, mi queridisima y fortachona Sam, está con un gran libro en su mesa, meneando la cabeza lado a lado mientras mueve rápidamente su pierna y tararea alguna canción de Kiss o alguna de las cosas hardcore o hip hop que ella tanto escucha, que hasta yo escucho.

Me senté a su lado y ella se quitó los audífonos aún moviéndose como si estuviera en un concierto.

-Se lo que pasó, y no me digas que es mentira- dijo mirándome seria.

El profesor llegó y hasta ahí llegó nuestra conversación, gracias al cielo.

-Rarita Leandra ¿a donde crees que vas?

Para colmo de males, Sam y yo discutimos porque piensa que es mejor un sándwich de banano y crema de maní a una malteada, cosas de nosotras. Ahora mi nemesis rosa llega a hacerme más feliz y rosa el día, que bien.

-Donde no te importa- susurré.

-¡ay pobre tonta! cree que puede responderme.

Las 5 personas que vienen con ella se rieron estruendosamente, como suelen hacerlo y creer que les suena bonito.

-Déjame ir por favor- supliqué con desgane.

-Por favor- dijo entre risas- Rarita, voy a decirte algo- me empujó haciendome caer y me echó algo en cima

- Stan, no te quiere, eso solo una apuesta. Es que nadie te quiere aquí, no encajas en esta sociedad, eres tonta, bruta, y otras cosas más, sin mencionar lo fea y gorda que eres.

Solo miré hacia sus zapatos mientras siento el poderoso ardor de mis ojos.

-Quizás por eso el ladrón de  tu padre te abandonó, como iba a querer un engendro como tu.-comenzó a reírse.

La miré con impotencia e ira.

Vertió sobre mi algo más helado que lo anterior y luego se agachó poniéndose a mi altura.

-Desaparece de aquí, no eres buena en nada, eres torpe en exceso y no tienes amigos. Pobre de ti, debes envidiarme, soy tan perfecta.

Se fue como si nada meneando su exageradamente largo cabello.

Cuando choqué contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora