El bar

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Capítulo 22

Bajamos directo hacia el bar, este tenía más gente que cuando llegamos.

Nos sentamos en grupo uniendo unas cuantas mesas y sillas, Zico insistió en darnos el mejor lugar y las mejores bebidas.

-Tu no vas a tomar eso.

-¿Es una pregunta?

-Tu hiciste una pregunta, yo te lo estoy afirmando. A menos que quieras tener una resaca del diablo mañana, empieza.

-No soy tan mala para el alcohol.

Nam Joon y sus cosas.

Después de las 12 cada uno andaba por su lado, V y Jung Kook se habían quedado dormidos, Jin y Suga se la pasaban en la barra conversando con el barman, Jimin, J-Hope y yo estábamos bailado como locos en la pista y Rap Monster, el sólo tomaba acompañado de si mismo.

- ¿Por qué no vienes con nosotros?

-No me gusta bailar- dijo mirando hacia otro lado.

-¿No te gusta?, no lo creo, realmente me parece que eres muy bueno en esto.

Me miró petulante y le dio un sorbo a su bebida.

-¡Vamos!, esto de andar con gente de los peligrosos y bajos mundos mientras bailan no se ve todos los días.

-¿Bajos mundos? - Enarcó una ceja.

-¡Ay vamos!

Tomé su brazo y con fuerza tiré de el para levantarlo, pero sólo obtuve su frecuente mirada jocosa.
Finalmente se levantó y dejó que lo llevara a la pista.

-¿Qué hago?- Preguntó.

Aunque la luz fuera poca y el fuera más de veinte centímetros alto con respecto a mi altura, pude percibir el tierno y extraño sonrojo por vergüenza.

-Sólo muévete, es lo ideal, creo...

-¿Y si no se moverme?- su tono de voz era dulce y tímido.

J-Hope me tomó del brazo y comenzó a bailar conmigo, sin pensarlo me dejé llevar y le seguí el juego, como siempre. El semblante lleno de arrogancia de Nam Joon apareció al instante.

Sólo pasaron unos segundos, segundos en los que Ho Seok y yo conectamos como generalmente solemos hacer. Las manos de Nam Joon se posaron en mis brazos y sin previo aviso, sin importar si bailaba ya con alguien más, en un brusco movimiento me posicionó frente a el, bajó sus manos a mi cintura.

Con cierta profundidad en los ojos, los dos jóvenes se observaron como si de una lucha o un reto se tratase, así que sólo rodé los ojos y me fui dejándolos para que se besaran o algo así.

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Las luces pasaban lentamente, los sonidos eran casi imperceptibles, mis oídos sólo sentían la música, era como si mi sangre hiciera una combinación entre pasar lento y rápido por mis venas. Nada parecía aburrido, todo era risas, todo era colores y formas extrañas.

Subí a una de las mesas y bailé como una loca, nada importaba en ese momento, sólo quería que ese momento no acabara, que siguiera siendo la chica loca y extrovertida de esta noche.

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¡Ring Ring Ring!

El sonido brillante y seco del despertador, mi cabeza se sentía taladrada, mi cuerpo pesado y mis ojos estaban cansados y prácticamente deshumedecidos.

¡Santo cielo! Que fue lo que pasó ayer...

Todo después de la una de la madrugada había quedado suprimido todo recuerdo de esas horas. No sé a qué horas llegué a casa, no sé cómo llegué a la cama ni cómo es que tomé tanto como para borrar mis recuerdos, no espera, eso es normal en mi, el alcohol en mi sangre es como tener a los hombres de negro borrando tu memoria.

Cuando choqué contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora