Nueva fobia, los baños

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Capítulo 20

La pesada mañana se había resumido en caídas, gritos, cables enredados y una que otra risa robada por las tonterías que suelo hacer.

-Tengo más hambre, voy a comprar algunas cosas, ¿alguien quiere?- preguntó Sam levantándose.

-Yo quiero papitas de...

-pimienta- interrumpió Mat.

Los tres nos dimos unas miradas socarronas, para después soltar fuertes y extrañas carcajadas.

-Yo no quiero nada- espetó Mat.

Sam asintió y salió corriendo como una pequeña niña.

Un silencio incomodo nos golpeó, la fija mirada del chico pelirrojo hacía que mi espalda se tensara, el pobre muchacho no sabe disimular las miradas extrañas y ya por eso ha tenido problemas con otros estudiantes.

-¿Esos chicos que son para ti?- cuestionó con un tono de superioridad.

-Mis amigos, ya te lo dije. Es solo que como no tienen nada que hacer y por es...

-Ya lo dijiste, pero no soy tan tonto como Sam, y eso, que creo que solo te cree eso porque le gusta el chico con trasero.

Solté una pequeña carcajada por la forma en la que dijo "chico con trasero", con su acento y su semblante neutro.

-Mat, ¿pasa algo contigo?

-Pregúntaselo a Monster.-musitó

Lo miré expectante y con un enorme signo de interrogación en la frente. Definitivamente se había vuelto loco.

-¿De qué hablan chicos?- preguntó Sam lanzándome el paquete de papitas a la cara.

-De el trabajo de sonido- La voz de Matthew sonó tranquila y despreocupada.

Otro chico nuevo entró y casual, se sentó junto a mí, me sonrió y luego dijo.

-Hola, ¿ha empezado ya desde hace mucho?

Lo observé confundida y luego de caer en cuenta de lo que se refería, solté una risita.

-No, el profesor no ha llegado aún, pero tranquilo, en esta clase puedes llegar cuan tarde puedas.

Conversé muy amenamente con el nuevo, persona que no me había dicho su nombre, pero por cosas de mi increíble actitud parlanchina, nunca se fue y hablar no fue aburrido ni incomodo, salvo por Matthew, el parecía más rarito que de costumbre.

Entré al baño, no hay absolutamente nadie, me relajo y hasta comienzo a bailar mientras veo el espejo. Estoy loca y es que las fiestas son cosa mía, ni te puedes imaginar.

Entré a uno de los cubículos, no se escuchaba a nadie. Genial.

Salí y así, de la nada estaba un tipo mil veces más alto que yo parado frente al espejo, con una mirada casi tan perturbadora como la de Mat.

-Este no es el baño de hombres, está al lado, por si acaso.

Le sonreí casual y comencé a lavar mis manos. Caminé hasta la puerta y de repente apareció una joven mayor que yo.

Di unos pasos atrás y me aferré a mi mochila.

-Ok chicos, se equivocaron de persona porque yo...

No pude terminar la frase la mujer intentó lanzarse sobre mí, pero yo rápidamente retrocedí.

-¡vamos chicos! no pueden hacerme esto- dije con una sonrisa nerviosa de medio lado.

Miré al espejo, me agaché y justo el tipo ese me iba a golpear con algo que ya traía con sigo.

Cuando choqué contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora