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Heung min estaba pasando por un estrés incontrolable, los primeros partidos que se jugo en fase de grupos fueron difíciles de manejar y cargar con la banda de capitán, le hacía peor el tema, tenía que cargar con el equipo en sus hombros y él sabía que no dio el mejor rendimiento en los partidos disputados, se notaba en el resultado.

Lo menos que quería era decepcionar a toda la gente que los estaba apoyando. Tampoco quería decepcionar a su equipo, ese que le tenía fe. Soltó un suspiró alto mientras tomaba de la botella de agua, todos ya se habían ido a descansar pero él era el único que permanecía en la cafetería del hotel, con sus pensamientos recorriendo sin fin en todas las cosas, en ese punto las cosas para Son eran insostenibles y sí no lograba poner toda la mierda en orden, habrían muchas cosas que se iban arruinar.

Pero era algo que él no podía controlar, sobrepasar las cosas siempre formaba parte de su día a día, al crecer en un hogar muy estricto hizo que él a veces se detuviera de hacer cosas que le gustaban, la indisciplina era castigada en su hogar.

Otro y otro y otro suspiró más salió de él, sus manos tomaron su cabello, soltó una queja, verdaderamente era difícil, era una competencia que se estaba dando en Qatar era muy competitiva y al más mínimo error debían decirle adiós a sus sueños.

— ¿Qué tienes? –La voz de Richarlison lo sacó de su ensimismamiento.

Sonny negó mirándolo, los ojos de su amigo brasileño lo escanearon de arriba abajo, Richarlison era así, sí no le decías las cosas que te molestaban o lo que te tenía pensando, te miraba un buen rato hasta que le cuentes todo.

— Te ves mal, Sonny –dice con sinceridad en su voz. – Tú no eres así, eres alegré y siempre demuestras como te sientes.

— Es difícil – Heung min hace una mueca bajando su mirada, tenía mucha vergüenza de contar lo que le molestaba porque en su interior eso no tenía importancia y sólo agregaría más peso a las personas.

— Nada en esta vida es difícil, mí amigo, vamos confía en mí –Richarlison le da una sonrisa, dándole confianza. – ¿Se trata de tú lesión?

— Algo así –los hombros de heung min caen, bajando la mirada, se sentía una persona débil. La lesión ni siquiera formaba parte de sus pierna o espalda, él pensaba que no era importante hasta ese punto, tener que usar una máscara y evitar el contactó cuerpo a cuerpo con jugadores del equipo contrario para evitar empeorar la herida de su cara le molestaba.

Son Heung min no quería verse como alguien débil, él amaba su carrera, y quería darlo todo para triunfar en aquello, pero las cosas empezaban a ir en decadencia. Y aunque evitaba pensar en todo eso, su cabeza lo llevaba al mismo pensamiento de siempre.

— Las cosas sólo se ponen difíciles sí tú le das esa importancia catastrófica,  si sigues viéndolo de esa forma, es obvio que tú cabeza te va a llevar a sobrepensar todo, Sonny, nosotros debemos tener el control. En algún punto de todo esto tú cabeza está pensando "sí somos una carga para todos" y tú le estás dando más razones para que te ataque porque estás de acuerdo con eso.

La mirada de Richarlison era sincera, sin tratar de ofender de alguna manera a Heung min, el brasileño sólo quería ayudar a su amigo.

— Necesitó ayuda psicológica –dice sinceramente el asiático, su amigo palmea su hombro con una de sus manos.

— Sí, no toda la carga debe ir sobre tus hombros, necesitas aligerar eso, habla con tú equipo, después de todo son eso, un equipo.

Richarlison y Heung min siguieron hablando de muchas cosas más, de alguna forma la nube llena de carga del asiático se había disipado, quizás la charla que tuvo con su amigo le ayudó.

— ¡Hey! – Heung min y Richarlison levantaron su mirada al escuchar la voz de Junior – ¿Qué hacen aquí? — el de ojos claros toma el lugar junto a Son. Esté trago saliva.

— Estábamos hablando –dice Richarlison mirando a Junior y negó, la mano de Junior se posó sobre mí hombro, lo miré y él me dio una mirada coqueta, con su sonrisa y ojos tan expresivos.

— ¿Yo también me puedo unir? ‐pregunta Junior, mirando a Richarlison.

— Aunque te digamos que no, igual vas hacer caso omiso –reí a lo que dijo Richarlison.

— Sí, eso es muy cierto –dice Heung min.

Junior también suelta una pequeña risita y me pega un golpecito en el pecho, de forma coqueta ¿Y este que le pasa?

Richarlison observa su teléfono y hace una mueca — tengo que irme, olvidé que iba llamar a mí ahijada –dice para despedirse y dejarnos en la mesa, miró la hora en su reloj de muñeca.

Ya eran un poco más de las once y media, debía ir a descansar para el entrenamiento de la mañana.

— Yo también te dejo – se levanto tomando el teléfono para tratar de irse.

La mano de Junior tomó la mía, frunció el ceño mirándolo.

— ¿Qué pasó? —Preguntó con notoria confusión.

—Pensé que te quedarías y hablaríamos sobre lo que pasó esa noche. –Dice mordiendo su labio, sin dejar de tomar la mano del asiático

— Lo siento Junior –heung min negó soltando su mano. – Las cosas no van a ser como antes, nunca... Sé que fue mi error decirte lo que sentía en ese tiempo, pero aunque quiera remediarlo, habrá cierta tensión en esto.

— Pero no habría ningún problema en eso, Heung min –su miraba dejo de tener ese brillo de coqueteo, para obtener uno de ruego. – Te quiero, te quiero de vuelta.

Para heung min era difícil, él se destacaba por ser una persona que aceptaba todo lo que los demás decían, así sea bueno o malo. Y aunque la tensión existiera entre la relación de Junior y él, sí le seguía rogando no tardaría en aceptar aquella petición que le estaba pidiendo el moreno de ojos claros.

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Hola, aquí estoy de vuelta.

Gracias a las personitas nuevas que se están sumando a leer está historia, se lo agradezco un montón.

Los tqm<3

Todas las faltas ortográficas serán editadas más adelante.

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