La luz anaranjada del ocaso, junto con la temperatura agradable del verano, ofrecían a Sakura hermosos escenarios, unos que en la modernidad de la que venía, no estaban disponibles; donde los colores destellantes de los pimpollos, el follaje y los frutos, con el complemento de los aromas y el sonido del canto de los milanos, cigarras y gorriones, creaban una atmósfera tranquila hasta lo idílico.
Todos esos estímulos juntos se habían vuelto acompañantes comunes en aquellos crepúsculos, mismos que Sakura dedicaba a charlar con Arashi.
Sin notarlo, se habían vuelto muy cercanas, y de hecho, la samurái tenía inagotables e interesantes temas de conversación. Para ser una persona tan reservada, su charla era depurada, pero abundante, y tenía un sentido del humor que, aunque podía resultar extraño, era agradable.
El camino al templo desde la villa era a través de un sendero ancho de tierra roja y apisonada, enmarcado por adoquines y setos, y no era precisamente un camino solitario, era, de hecho, la ruta principal de comunicación para todos los habitantes de Tomoeda, y por lo mismo, normalmente estaba limpio y cuidado, a pesar incluso de las inevitables caídas de estiércol al paso de las carretas.
A pesar de aquellas diferencias tan marcadas en la experiencia que significaba la vida misma para una época tan complicada, Sakura sentía ese contexto correcto, incluso, deseable. No podría mentir sobre que extrañaba las comodidades propias de su época, como recibir noticias de los seres queridos a través de un mensaje de texto, LINE o correos electrónicos, o salvar la distancia de continentes a través de una videollamada, pero esa tranquilidad que experimentaba justo en ese momento, se antojaba como una de las opciones de vida a la que podría acostumbrarse.
Tan inmersa en sus propios pensamientos iba, que no notó cuando abandonaron el serpenteo natural del camino principal para tomar una vereda, y cayó en cuenta del cambio al ver la calle principal entre el follaje, varias decenas de metros abajo, entre la obscuridad de las copas de los árboles, desde una elevación mayor al camino mismo. Desconcertada, buscó a Arashi con la mirada, que parecía estar al tanto de la confusión de su compañera:
—¿No vamos al templo?
—Hoy no. La sacerdotisa me pidió que te llevara a otro lugar —respondió la samurái con un tono de lo más casual, pero sospechoso.Sin estar muy segura del plan, Sakura siguió a Arashi por cerca de media hora, ascendiendo la colina, por una brecha cada vez menos evidente, y que en algún punto comenzó a darle dificultades para continuar. La noche había caído por completo sólo unos minutos antes, cada vez había más arbustos invadiendo su camino, y al echar un vistazo al cielo, cayó en cuenta de que apenas si podía ver una fracción de las estrellas, ya ocultas entre las copas de los árboles.
—Tomoyo te espera un poco más adelante, a partir de aquí yo no puedo ir contigo.
Fue hasta que Arashi habló que notó que se había rezagado unos metros. Las palabras de la samurái fueron como un balde de agua fría para Sakura. Trató de decir algo, pero el miedo la tenía en trance y observó con incredulidad a Arashi sentarse en una roca, a un lado del sendero.
—Y... ¿y a dónde debo ir...?
La mujer se limitó a señalar con el índice montaña arriba.
Al no tener claro qué otra cosa podría hacer, obedeció, y emprendió el camino a paso muy lento y dubitativo.
Trató de concentrarse sólo en el camino ante ella, aunque a cada par de pasos volteaba a ver que Arashi siguiera en el mismo lugar, con la esperanza de que se levantara y revelara que todo había sido una broma pesada, pero eso nunca pasó.
Pensaba, mientras tanto, en lo terrible que era para manejar la obscuridad y la soledad. Desde muy pequeña, esas dos condiciones habían sido su mayor problema, y aún a sus catorce sentía algo de repelús cuando la luz de la luna no se colaba por la ventana de su habitación al anochecer, tanto así que incluso andar a obscuras en un ambiente tan controlado y familiar como su propia casa, le resultaba, por lo menos, indeseable.
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Gesta De La Hechicera y el Gaijin (2da ED)
AdventureHistoria inspirada en Card Captor Sakura. ¿Y si un buen día fueras simplemente tomado o tomada de todo aquello que conoces? A un lugar donde todas las comodidades a las que la vida común te acostumbró no están presentes, con un cercano como única co...