¿Qué había visto Sakura en los recuerdos de Xiao-Lang?
El despacho de su madre siempre le había dado miedo. Sus hermanas siempre hablaban de cómo Ieran había cambiado luego de que su padre muriera y ella tomara el liderazgo de la familia, y que extrañaban a la que era antes de ese evento. No era que fuera una mala persona, o que no fuera afectuosa, era sólo que no estaba tan cerca de sus hijos como hubieran querido, pero de entre todos, era Xiao-Lang quien la entendía mejor.
La mayor de sus hermanas le contó que él era muy parecido a su mamá desde pequeño, y que las ausencias siempre afectaron a ambos de forma más marcada, tanto así, que su carácter terminó siendo muy semejante.
Ese día, ella lo había mandado a llamar justo a la salida de la escuela, Wei fue por él sin siquiera permitirle cambiarse de ropa, y caminaba presuroso a su lado, en un silencio ansioso que lo contagió en poco tiempo.
Al abrir la puerta, Ieran no pareció reparar en ellos mientras leía y firmaba una pila de documentos sobre el enorme escritorio de roble, sólo hizo una seña con la mano para que Xiao-Lang tomara asiento. Él obedeció en silencio, y Wei se quedó de pie, a su lado, con las manos en la espalda como una estatua.
—¿Todo bien en la escuela? —comenzó ella, un par de minutos después, aún sin despegar los ojos de sus tareas.
—Sí, madre —respondió, tratando de recordar si había hecho algo que ameritara que llamaran a la mujer de la escuela.
—¿Algún niño te molesta? ¿Alguna niña te gusta?
—No, y no. Puedo defenderme correctamente de los abusadores, y no me interesan las niñas.Ella sólo lo señaló con los ojos, sin levantar la vista de los documentos.
—¿Sabes por qué te hice venir hoy? —Él negó con la cabeza, últimamente su convivencia se limitaba a la cena, y siendo mucho más pequeño, a cuando lo arropaba para dormir—. ¿Recuerdas todas esas historias que te conté sobre las reliquias mágicas que nuestra familia tiene ocultas o perdidas en el mundo?
—¿Ha aparecido alguna? —preguntó mientras se ponía de pie, sobresaltado.Aún sin retirar la vista de sus deberes, señaló con el bolígrafo la pared a sus espaldas, donde una docena de pinturas mostraban a los ancestros Li más representativos, la punta de la pluma apuntaba a los únicos dos mestizos: el sino-británico que, según lo que había leído, murió joven y en el pináculo de su poder, de larga cabellera negra y una sonrisa enigmática detrás de unos espejuelos redondos, Clow Reed; y al adolescente sino-japonés de cabello castaño acomodado en un chonmage, y con armadura samurái, Hogo Okami Li. Las reliquias perdidas eran un juego de medio centenar de poderosas cartas mágicas y una espada imbuida con poderes elementales Wu Xing respectivamente.
—Las cartas Clow —Puntualizó, y finalmente se concentró en su benjamín—. Tarde o temprano tendrás que hacerte cargo de la recuperación de los tesoros familiares, y prefiero que sea temprano. Sé cuan serio y disciplinado eres, y aunque podría mandar a cualquier otro miembro de la familia a recuperar esa reliquia, quiero que esta sea tu primera responsabilidad con tu clan. Ni siquiera te voy a molestar deseándote suerte, sé cuán capaz eres y espero un resultado sobresaliente en esta prueba. ¿Aceptas la mi...?
—¡SÍ! ¡No voy a decepcionarte, madre!
—Tómalo con calma —dijo con voz plana.
—Lo siento.
—Entonces Wei se hará cargo de los preparativos, tenemos que hacer tu cambio de escuela y arreglar algunos papeles migratorios, y él mismo viajará contigo.
—¿Escuela? ¿Papeles migratorios? —preguntó, con la primera duda después de la euforia inicial—. ¿En dónde está la reliquia?
—En Japón, muy cerca de la capital del país —dijo, y él agradeció haber tomado clases de japonés y no de francés como habían sugerido sus hermanas.
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Gesta De La Hechicera y el Gaijin (2da ED)
AdventureHistoria inspirada en Card Captor Sakura. ¿Y si un buen día fueras simplemente tomado o tomada de todo aquello que conoces? A un lugar donde todas las comodidades a las que la vida común te acostumbró no están presentes, con un cercano como única co...