Todo había cambiado en sólo unos minutos, así que no hubo de otra que hacer un recuento rápido, para ubicarse aunque fuera un poco.
No más de una hora antes, Sakura y Xiao-Lang habían estado disfrutando de un festival nocturno de otoño. Se habían despedido como era habitual, habían ido a casa y habían preparado sus alarmas para llegar a la escuela al día siguiente y volver a verse, comer juntos, jugar el emocionante juego de las insinuaciones, quizás hablar de un poco de magia y trivialidades, escuchar con resignación a Tomoyo hablando de los nuevos trajes o de algún nuevo gadget... pero el misterio alrededor de las cartas transparentes se había desenmascarado de forma súbita.
Literalmente no habían tenido oportunidad de cambiarse de ropa cuando fueron convocados en el templo Tsukimine. No había sido otro que el mismísimo Eriol Hiiragizawa quien los había llamado, para revelar que, finalmente, El Momento había llegado.
Y después de eso, todo pasó muy rápido. La nueva amiga de Sakura, Akiho, había estado involucrada aunque de forma inconsciente, a diferencia de su enigmático mayordomo, un hechicero poderoso y carismático, pero de ética cuestionable.
Los detalles ya no eran relevantes, hubo una contienda mágica de proporciones titánicas, y al verse superado, Kaito, su recién revelado contrincante, activó una magia antigua, difícil de controlar y cuyos resultados podían ser peligrosamente aleatorios.
El resultado terminó por afectar a la maestra de cartas y al futuro heredero del Clan Li, y si bien los había mantenido con vida, el precio había sido llevarlos hasta aquel lugar: a las puertas de un templo Tsukimine que a pesar de ser irreconocible, no dejaba lugar a dudas que era el mismo en que habían estado desde el principio, con algo muy parecido a una guerra llegando rápidamente hasta ellos, temerosos y confundidos, con la duda de si cuando fueran alcanzados tendrían una forma de negociar.
La víspera fue breve: para sorpresa de ambos, no fue un ejército el que los abordó, de hecho, el ejército sonaba varios cientos de metros más lejos. Fue magia.
Un dragón más grande que una casa se abrió paso entre los árboles, derribó varios a su paso e incendió las copas de otros tantos con sus garras. La bestia era como Xiao-Lang los recordaba de la mitología de su natal China: un reptil alargado ligeramente parecido a una serpiente, cuadrúpedo, sólo que el que tenía enfrente estaba completamente formado de fuego, con crines y bigotes parecidos a los de un bagre resplandecientes en llamas cian. A pesar de que el monstruo estaba aún a una distancia razonable de ellos, el calor que emitía era ya abrasador.
El ser, sin embargo, no prestó la mínima atención a la pareja, su objetivo parecía ser el templo. Reptó hacia el arco Torii, dejó en su camino huellas al rojo vivo en la tierra, y pasó de largo a un lado de ellos.
El primer impulso de Xiao-Lang fue dejarlo pasar nada más, para llevarse a aquella Sakura confundida a buscar refugio y esperar a que todo terminara, pero algo dentro de sí no se lo permitió. A su lado, la chica puso una mueca de frustración. Ella tenía su cetro, pero no tenía ninguna carta, así que no podía hacer nada, aunque coincidía con su acompañante en que un impulso casi orgánico la exhortaba a proteger el templo.
Ver al monstruo abrirse paso, chamuscando parcialmente el arco fue la última señal para él. Sintió en sus entrañas que si aquella bestia llegaba al templo algo terriblemente malo pasaría. Tomó uno de sus talismanes y luego de conjurar, un relámpago impactó el costado del dragón, cuyas patas flaquearon ante la sorpresa. Fue un gran ataque, por desgracia, eso hizo que finalmente la bestia notara su presencia.
Aun enfrentando a cartas, seres mágicos u otros hechiceros, nunca habían estado en presencia de una amenaza semejante. El dragón dejó de gruñir y a través de sus ojos incandescentes estudió a los chicos, Xiao-Lang se puso en guardia mientras preparaba un segundo talismán y Sakura se apostó a su lado, aún sin saber de qué forma podría ayudarlo.
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Gesta De La Hechicera y el Gaijin (2da ED)
AdventureHistoria inspirada en Card Captor Sakura. ¿Y si un buen día fueras simplemente tomado o tomada de todo aquello que conoces? A un lugar donde todas las comodidades a las que la vida común te acostumbró no están presentes, con un cercano como única co...