Luna Llena

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Recostada sobre la cama sentía que el sueño en cualquier momento la vencería, pero no quería, luchaba contra él como si fuera su más grande enemigo, con una mano en la mejilla que le sostenía la cabeza y la otra rodeando la cintura de la mujer que tenía al frente sobre su cama también. - Te estás durmiendo. - Comentó la otra mujer susurrando.

Ella negó con los ojos cerrados. - Solo estoy descansando los ojos. -

Amelia sonrió con los labios sellados. - Claro. - Escuchó suspirar a la rubia con serenidad. - Lo que no entiendo es por qué no quieres dormir, te preocupa algo. - Comentó a sabiendas.

Luisita volvió a suspirar esta vez pesadamente para luego relamerse los labios. - Según el calendario, mañana es luna llena. - Dijo lo que llevaba en su mente desde el día que conocieron a Luccia, de eso hacia una semana.

La morena apoyada en su codo acarició primero la piel de su mejilla tan suave y cálida para después meter sus dedos en los cabellos dorados ganando casi que un ronroneo de la médica que sonrió con los ojos aún cerrados. - No dormir no hará que la luna llena no llegue, cariño. - La miraba con atención.

Luisita sonrió tiernamente. - Que bonito se ha escuchado eso... Cariño. -

Amelia le dejó un beso en la frente. - Cariño mío. - Repitió haciendo que Luisita volviera a sonreír de aquella forma dulce y tierna que había descubierto le encantaba. - Me encanta llamarte así... Aunque sea un poco viejuno como dices tú. - Esta vez la rubia se echó a reír y apretó el agarre en la cintura de la morena.

Luisita volvió a ponerse seria y después de un breve silencio volvió a hablar. - La loca del bar tenía razón. - Comentó en voz baja.

Amelia asintió. - Catalina. - Recordó.

-Ella dijo que tengo la marca de la Bestia y Luccia prácticamente lo confirmó. - Suspiró de nuevo. - ¿Cómo puedo estar conectada con... eso? ¿Qué se supone que debo hacer con esta información? ¿viviré así el resto de mi vida, con una criatura que persigue gente que yo puedo ver en mis sueños? - Hizo una pausa, sus ojos empezaron a moverse de un lado a otro con todas esas interrogantes. - ¿Y si me convierto en una cosa de esas, Amelia? - La miró con miedo repentino.

-Eso no va a pasar. - Intentó tranquilizar la de rizos.

-¿Cómo lo sabes? - Preguntó desconfiada.

-No es así como funciona, Luisita. -

-También me dijiste que para conectarme con alguien como tú yo debía estar dispuesta a ello primero y mira. - Rebatió y allí Amelia no supo que responder porque tenía razón. - Tengo miedo. - Admitió por primera vez mientras se perdía en la mirada de Amelia. - Tengo miedo a convertirme en una de esas cosas, yo no quiero. -

La de rizos tragó grueso y la miró con inquietud. - ¿Tan malo sería? -

-¿Qué? - Esa pregunta ciertamente no se la esperaba.

-¿Qué si crees que ser un vampiro es tan malo? - Amelia se llenó de valor para continuar preguntando aquello.

La médica lo meditó con cuidado las implicaciones de esa pregunta, buscando las palabras correctas, aunque ciertamente no cría que las encontraría. - Tú misma has dicho que hay cosas que extrañas de tu vida anterior y a mi Amelia, me gusta mi vida, me gusta trabajar en el hospital y ayudar a las personas. - Intentó ser lo más honesta posible.

-Es un ajuste desde luego y te puedo prometer que no es fácil, pero... - Podrías quedarte conmigo toda la eternidad, pensó, más no lo dijo. - Pero tienes razón y además es tu elección. - Se relamió los labios.

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