Segunda parte
Sentada en una rejilla alta en la parte de atrás del bar en el que solo estuvieron unos minutos, Luisita veía como Amelia caminaba de lado a lado murmurando cosas en susurros que ella no lograba comprender, ella mientras tanto balanceaba las piernas de arriba abajo tratando de terminar de recomponerse luego de lo sucedido en el baño con aquella mujer vampiro llamada Catalina, parte de ella todavía llevaba el susto en el cuerpo, pero le asustaba aún más las palabras de esa mujer.
¿Qué significaba eso de la marca de la bestia?
Había muchas cosas que escapaba de su entendimiento y aquello no le gustaba, ella era una mujer de ciencia, le gustaba tener respuestas a todas las preguntas, le gustaba tener toda la información posible de todo lo que considerase un enigma y todo lo que había estado viviendo desde conoció Amelia representaba precisamente eso, un enigma.
Así que necesitaba respuestas.
-Amelia, ven aquí. - La llamó serenamente tratando de que se le acercara.
-Se supone que debía cuidarte, ¿Qué hubiera pasado si te hace daño? - Siguió caminando de lado a lado sin prestarle mucha atención. - No me lo perdonaría nunca. -
-Pero no me ha hecho daño, llegaste a tiempo. - Intentó tranquilizar a la morena. Amelia levantó la vista para verla y sus ojos se veían enrojecidos en los bordes y aunque bien podría ser confundido con enojo, su mirada le decía que estaba compungida. - Anda, ven aquí. - Estiró la mano para que la tomara.
La de rizos tragó un grueso nudo y se acercó a ella lentamente agarrando su mano, sintiendo su tacto algo frío. - Tienes las manos frías. - Comentó quedando frente a ella en medio de sus piernas.
Luisita sonrió un poco. - Bueno es que hace algo de frío. - Dijo encogiéndose de hombros. La morena asintió entendiendo para luego quitarse su propia chaqueta. - Amelia, eso no es necesario. -
La morena la ignoró y terminó por ponérsela sobre sus hombros. - Yo no la necesito, recuerda que no puedo sentir frío. - Le sonrió.
-¿Pero calor sí? - Preguntó con una sonrisa de medio lado.
Amelia le replicó esa sonrisa acercándose más a ella. - Puedo sentir tu calor y eso me calienta a mí. - Confesó colocando sus manos en los muslos de la rubia.
-¿Ah sí? - Luisita en cambio puso sus manos sobre los hombros de la morena, estaba oscuro afuera, solo iluminadas por la luz amarilla de una bombilla vieja, el viento soplaba moviendo las hojas de los árboles y su respiración chocó contra los labios algo pálidos. - Puedes besarme cuando quieras, no voy a molestarme. - Le hizo saber, Amelia ponderó sus palabras sin responder. - Puedo verlo en tu mirada, es lo que quiere, no? -
Amelia una vez más no respondió, solo asintió, inclinándose un poco más hasta que sus narices se rozaron y sus labios se encontraron en un beso delicado y corto. - Perdóname, Luisa. - Agachó la cabeza. - No debí traerte a este lugar. -
-Shhh. - Luisita puso un dedo en sus labios previniendo que dijera algo más. - Fui yo quien te pidió me enseñaras tu mundo y me advertiste de sus peligros. - Acarició su mejilla. - Y me gustó, es un poco alejado de lo que estoy acostumbrada. - Se rieron. - Pero has abierto mis ojos a un mundo el cual desconocía por completo, Amelia y eso no está nada mal. -
Amelia volvió a dejarle un beso en los labios. - Le habría roto el cuello a Catalina de no ser porque huyó de mí. - Murmuró entre dientes.
-Si lo hubieras hecho nunca sabríamos de qué va eso de la marca. -
-Estoy segura de que es uno de sus inventos al sentirse descubierto. - Intentó tranquilizar.
-No lo creo, Amelia. - Suspiró separándose un poco. - Ella realmente estaba asustada de mí, me miró como si estuviera viendo a un fantasma o algo peor. -

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She Dark
FanfictionEmpezó como especial de Halloween 🎃 Ahora veamos que tan reales son los sueños y que tan afilados son los colmillos de un Vampiro.