Nuestra Obsesión

Capítulo 36

Narrador onminisente.

El cielo estaba nublado y los fuertes vientos anunciaban que pronto lloveria, la tranquilidad no estaba presente en el suroeste de Inglaterra, esa misma tranquilidad tampoco estaba en el interior de la mansión Malfoy, en la cual dos personas peleaban para salvarse a si mismos y eliminar a su oponente.

Harry Potter corría por los pasillos de la mansión Malfoy buscando la manera de salvarse. Cuando empezó a seguir a Narcissa Malfoy pensó que sería fácil acabar con ella, que solo tendría que esperar a que ella bajara la guardia, así solo tendría que clavar la daga en su pecho acabando con su vida, nunca pasó por su mente que ella fuera bastante agresiva a la hora de defenderse, gracias a eso, en estos momentos se encontraba huyendo de ella.

El castaño buscaba con desesperación algún objeto con el cual defenderse, Narcissa le había quitado su varita en el duelo que habían tenido, podía decir que era un milagro que aún estuviera vivo después de ese duelo, la bruja parecía furiosa con su presencia y muy dispuesta a matarlo. Harry siguió buscando y al no encontrar nada que lo ayudara decidió buscar en las habitaciones que tenía que estaban cerca, necesitaba cualquier cosa para evitar que Narcissa lo matara. Su búsqueda parecía que no servía para nada, las habitaciones en su mayoría estaban vacías y las demás no tenía algún objeto que lo ayudara, después de tanto buscar entró a una habitación que parecía ocupada, por el color verde y las fotos que estaban en el escritorio cerca de la ventana, Harry entendió que estaba en la habitación de Draco, no tuvo tiempo de observar nada más cuando empezó a escuchar los pasos fuertes pero delicados de Narcissa. Harry tomó una de las dagas que estaban en el escritorio y salió de la habitación listo para cumplir la razón por la que había seguido a Narcissa. Se oculto en la curva que llevaría al otro pasillo listo para atacar.

— no hay necesidad de esconderse, sólo quiero tener una amigable charla contigo — el tono dulce y amenazador de Narcissa alertó a Harry.

Narcissa estaba alerta a cada rincón en donde pudiera estar escondido Harry. Al no encontrarlo empezó a caminar para el pasillo de la izquierda encontrándose cara a cara con una daga y también con la persona a la cual quería matar. La daga le hizo un corte en la mano a Narcissa, ocasionando que ella botara su varita y que Harry intentará apuñalarla.

Ambos magos luchaban por el control de la daga, los objetos que se encontraban a su alrededor cayeron al suelo dejando varios pedazo de vidrio por todo el pasillo . Los golpes de sumaron a su pelea dejándolos más débiles, con cada golpe que recibían y esquivaban iban perdiendo su fuerza, una de las puertas fue abierta por los magos haciendo que ambos entrarán en una de las habitaciones, ocasionadando que ambos detuvieran los golpes y volvieran a centrar su atención en la daga que ambos sostenían.

Mientras esa pelea ocurria, un joven con cabello rubio casi blanco subía las escaleras de la mansión siendo guiado por los ruidos que hacían los objetos al romperse.

Draco había salido de San Mungo para tomar un respiró, estaba preocupado y furioso por lo que le había pasado a sus novios. A lo lejos vio a su madre que estaba siendo perseguida por una persona que llevaba una capucha negra, en ese momento recordo lo que su amiga Pansy le había dicho, una persona con capucha negra la había perseguido un día antes de su ataque, el recordar eso alertó a Draco, empezó a seguir a su madre y al desconocido del cual tenía sospechas de quien era.

Siguió a su madre y al desconocido hasta la mansión Malfoy, vio como su madre entró a la mansión y tiempo después el encapuchado entró también. Draco no perdió tiempo y entró después de no escuchar ningún ruido, con varita en mano busco a su madre y al encapuchado por todo el piso inferior, desde las cocinas hasta la sala, en el suelo vio una varita que le parecía bastante conocida, agarro la varita la cual reconoció de inmediato. La varita que ahora estaba en sus manos le pertenecía al famoso Harry Potter, eso fue la pieza que contecto todo el rompecabezas y eliminó cualquier inseguridad sobre sus constantes sospechas.