Yang Jeongin se encuentra en serios problemas cuando lo posicionan como agente encubierto. En el centro de una serie de desapariciones, se encuentra God's Menu, un restaurante con sede en Busan y dirigido por el poderoso empresario Bang Chan.
Cuanto...
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Cerrando la trampilla detrás de sí mismo, Chan se asegura de poner bien la cerradura.
Está furioso. No sabe por qué Jeongin estaba allí y hay una gran parte de él a la que ni siquiera le importa. Después de que el último tipo resultó ser un policía encubierto, la paciencia de Chan con los novatos en su restaurante se redujo a casi inexistente.
Una faceta de su mente lógica sabe que Jeongin no puede ser lo mismo que el anterior. Por un lado, es demasiado joven y por otro, es demasiado tonto. Ningún policía encubierto, nadie que haya visto una pizca de películas de terror se metería allí solo para ser atrapado.
Así que lo más probable es que estuviera allí abajo por pura curiosidad. Curiosidad tonta, porque incluso a la persona más curiosa le debería parecer extraño un sótano que conduce a la oscuridad total.
Aún así, a pesar de su oferta, tiene medio decidido dejar a Jeongin allí. No durará una noche, se congelará y ese será un problema solucionado.
Se dirige a su oficina y se sienta frente a la computadora para trabajar. Son alrededor de las 3 de la mañana cuando llaman a la puerta y entra Hyunjin.
A estas alturas, Jeongin ha estado en ese congelador durante cuatro horas.
Hyunjin entra luciendo apropiadamente culpable. Si realmente se siente culpable o no, es otra cuestión completamente diferente. Chan es muy consciente del hecho de que Hyunjin es incapaz de sentir ciertas cosas, pero después de pasar un día entero siendo interrogado por matar a alguien a quien no debía matar, Hyunjin es lo suficientemente inteligente como para no mostrar nada más que culpa en este punto.
Él es otro problema. Es difícil de controlar y, aunque Chan es consciente de que lo necesita de su lado, sabe que la lealtad y la obediencia de Hyunjin son las más difíciles de obtener. De todo su personal, Hyunjin es el más efectivo pero también el más peligroso. Un movimiento en falso, una palabra, una razón para no seguir a Chan y Hyunjin le dará la espalda.
En ese momento, todo lo que Chan puede esperar es que sobrevivan a él dejándolos (con suerte) de una sola pieza.
Jisung y Changbin lo han mencionado en diferentes puntos. ¿Por qué no dejarlo ir? ¿Por qué no dejar que se vaya? Podría ser la forma menos violenta de hacerlo, pero Chan no se atreve a hacerlo. Sus razones para mantener cerca a Hyunjin son razones que solo Felix conoce.
—El restaurante está cerrado y limpio —dice Hyunjin. Incluso suena culpable y Chan lucha por ocultar una sonrisa. El chico es ciertamente bueno estudiando las emociones y usándolas cuando las necesita.
Lo golpea entonces, como un relámpago. Tiene algo que puede usarse para mantener a Hyunjin a raya. Sólo una cosa. Es precario, impredecible y Chan ni siquiera está seguro de poder usarlo correctamente, pero tiene que hacer algo. Si Hyunjin está realmente tan apegado a Jeongin como Chan sospecha que está, puede haber algo allí para usar como ventaja.
