Yang Jeongin se encuentra en serios problemas cuando lo posicionan como agente encubierto. En el centro de una serie de desapariciones, se encuentra God's Menu, un restaurante con sede en Busan y dirigido por el poderoso empresario Bang Chan.
Cuanto...
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Cuando Jeongin llega para su turno el lunes, Felix está demasiado emocionado. Apenas da un paso hacia la encimera cuando Felix lo agarra del brazo y lo aparta.
—Hyunjin está metido en un buen lío —dice Felix, su voz en voz baja como si alguien pudiera estar escuchando—. En un gran lío.
—Espera, ¿qué? —Jeongin parpadea y su mente tiene que retomar la conversación y dejar de pensar en lo que había estado pensando antes de poner un pie en el restaurante.
La noche anterior sigue reproduciéndose una y otra vez en su cabeza. El sonido de los gemidos de Hyunjin, sus manos, sus mordiscos que dejaron marcas en todo el cuello de Jeongin... bueno, eso es una cosa, pero otra en la que no puede dejar de pensar es en lo que Hyunjin estaba haciendo cuando dejó a Jeongin solo en el coche.
Jeongin desearía haber mirado. Desearía haberlo presionado más, pero Hyunjin había sido bastante inflexible en dejarlo así. En el momento, Jeongin no tuvo más remedio que obedecer, pero después, todo lo que siente es arrepentimiento. Esa podría haber sido una oportunidad de encontrar algo, en lugar de eso, se quedó ciego nuevamente.
—Chan llamó a Hyunjin anoche —dice Felix, sus ojos brillantes mientras parece disfrutar esta ronda de chismes—. Y, madre mía, los gritos que escuché. Chan nunca grita.
Jeongin levanta una ceja, tampoco puede imaginarse a Hyunjin gritando. Ha visto al otro engreído, frío y silencioso, pero nunca enfadado y gritando.
—Aparentemente le pidió a Hyunjin que hiciera algo y Hyunjin lo jodió por completo —continúa Felix, sin preocuparse por la confusión en los ojos de Jeongin—. No sé de qué se trataba exactamente, pero debe haber sido importante.
—¿Dónde está Hyunjin? —pregunta Jeongin—. ¿Va a venir hoy?
—Lo dudo, él y Chan se dirigieron a alguna parte esta mañana —Felix se encoge de hombros felizmente—. Binnie me trajo al trabajo hoy.
Preguntas. Todo lo que Jeongin tiene son preguntas que, frustrantemente, no tienen respuesta. Cuando Seungmin entra, Felix salta hacia él para contarle también, pero Jeongin se queda pensando. ¿Podría la solicitud de Chan tener algo que ver con lo que hizo Hyunjin? ¿Qué metió en el coche?
Ojalá Jeongin supiera dónde diablos estaban anoche, pero Hyunjin no se lo había dicho y la noche había sido tan oscura. Ni siquiera había visto una señal.
Se muerde el labio y mira a Seungmin y Felix charlando. Chan y Hyunjin no están hoy y las opciones de Jeongin de averiguar qué demonios están haciendo son inexistentes. Pero con Chan y Hyunjin fuera del camino, se ha abierto una puerta, piensa Jeongin mientras mira al congelador.
Hyunjin sigue deteniéndolo cada vez que intenta husmear y Jeongin no es lo suficientemente suicida como para despertar las sospechas de Chan. Pero con ambos fuera, eso significa que Jisung tendrá las manos ocupadas en la sala y Changbin administrará la oficina principal. Estarán lo suficientemente cortos de personal y, para agregar a este milagro, Jeongin debe cerrar esta noche. No habrá nadie allí para evitar que husmee.
