Dolor

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Fingir que estás bien para no dañar a los demás no es saludable. Poner una sonrisa y reír junto a los demás cuando en tu interior solo quieres gritar por ayuda. Cuando piensas que tu propio sacrificio es la mejor solución. Crees que les estás ayudando, crees que esto es lo mejor para todos a tu alrededor, lo mejor para aquellos que más quieres.

Pero ellos son como tu. Con miedo de mostrar lo que realmente están pensando, no queriendo dañarte más de lo que ya estas, no sabiendo como actuar para ayudarte. Dañándose a sí mismos solo observando como tu poco a poco te vas destrozando. Es difícil comprender que hacer cuando alguien que quieres sufre. Hay veces que solo estando ahí para ellos es suficiente, escucharles hablar de lo que les duele o abrazarles en sus momentos más dolorosos. Mostrarles que estás allí para ellos.

¿Pero qué pasa cuando no aceptas que estás dolido? Cuando no lo quieres admitir y no aceptas la ayuda de los demás. Nada se solucionará escondiéndolo de la vista de los demás, solo crecerá y crecerá hasta que ya sea demasiado tarde.

Los días pasan y los problemas se acercan. Tu lo sabes, sabes que el tiempo se acaba. Un punzante dolor en el corazón te sigue con minuto, acompañándote mientras huyes de lo que no se puede huir.


Sintiendo la briza fresca de la mañana y su mente llena de pensamientos de todo tipo. Un dolor en el corazón por el que pasará. Tayuya descansa en lo más alto de un árbol. Escondida para que nadie la encuentre y poder tener un poco de tiempo asolas para pensar. Cada día que pasa todo se complica más y más y nunca aparece una posible solución a sus problemas.

El mundo no permite que simplemente sean felices. No les permite descansar, no les permite ser niños por una vez. Es como si algún ser ahí afuera controlará sus vidas, es como si les quieran ver sufrir. Si alguna vez descubre que esto es verdad, les buscará por cielo, tierra y mar solo para hacerles pagar por lo que les han hecho. Pero ahora no puede hacer nada.

Se siente igual de inútil que cuando era pequeña. No lo suficientemente poderosa como para defenderse así misma o a sus seres queridos. No quiere que el pasado se repita, no quiere perder a Naruto y Sai. No quiere perder a sus nuevos amigos... No quiere perder a su nueva familia.

Pero ¿Qué puede hacer ella para solucionarlo? ¿Qué puede hacer ella para protegerlos?

La enfermedad de Naruto se está poniendo cada vez peor. Ya casi ni se puede mover de la cama de hospital sin empezar a toser. La doctora dijo que su condición empeoro por culpa del estrés. Conociendo a su rubio idiota seguramente se esté preocupando por ellos en vez de por sí mismo. Por qué por supuesto que él es así. Nunca le importo si él moría. Nunca lo dijo en voz alta, pero ella lo ve todos los días en sus ojos.

Si se hubiese quedado en Konoha, si no la hubiera ayudado, él podría recibir el tratamiento que necesita. Él estaría a salvo, podría haber recibido tratamiento de Tsunade sin ningún problema y también podría haber avanzado su entrenamiento mucho más rápido. Puede que hasta hubiera podido salvar a Sai de las manos de Danzo.

Todo hubiera estado mejor si ella no hubiese estado allí.

Todo esto es su culpa ¿No es así?

Tal vez haya algo que pueda hacer a fin de cuentas. Solo tiene que encontrar el momento adecuado para hacerlo. Puede que le duela a Naruto cuando se entere, pero a veces hay que pasar por un poco de dolor para vivir de verdad.

Lentamente, Tayuya se dirigió al hospital donde Naruto está ingresado, al igual que ha estado haciendo todos los días desde que le ingresaron. Cuando llego nadie le pregunto, ya conocen muy bien quien es y a que viene. Solo recibió esas miradas de compasión de la gente alrededor, todos la observan, pero ella les ignora. Este no es el momento de eso a fin de cuentas.

Fugitivos EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora