MARATÓN-3/4
Valentina, en unos pocos y fluidos movimientos, sacó su móvil de su bolsillo trasero, activó la pantalla y encontró lo que quería mostrar. Puso el dispositivo en manos de la otra chica y esperó, fúrica e impaciente.
La historia de IG en la que una muy desinhibida Juliana se movía provocativamente al ritmo de la música -en los brazos de su exnovio- se desplegó ante ella, cuya expresión facial iba transformándose conforme los segundos transcurrían; pasó de la arrogancia y la ira al horror y la vergüenza en lo que dura un parpadeo.
Juliana empezó a sentir como un ligero mareo la hacía tambalearse sobre su eje; emociones muy intensas la rebasaban y no estaba teniendo suerte en sus intentos de controlarlas. Odiaba esa sensación brumosa que le provocaba el recordar entre poco y nada de la tarde anterior. Trataba de forzar a su memoria, pero no conseguía gran cosa...y tampoco es que sirviera de mucho en ese momento. La evidencia de su estupidez se desenvolvía antes sus ojos, una y otra vez.
No podía dejar de preguntarse en qué demonios estaba pensando para dejar que José María se aprovechara así de la situación; cómo era posible que se hubiera permitido emborracharse hasta ese penoso extremo. Lo último que tenía dolorosamente claro del día anterior, era la llamada con la que quiso -después de mil intentos- tender un puente que terminara llevándola de vuelta hacia la persona que amaba más allá de todo y de todos; la forma desastrosa en que ese intento se malogró... Después, ese arranque de enojo en el que decidió mandar todo al diablo, apagar su teléfono y largarse a esa desgraciada fiesta a la que ojalá nunca hubiera ido.
-¿Qué? ¿Ahora sí ya no tienes nada más qué decir, Juliana?
Las palabras de Valentina, dichas en un tono que no dejaba lugar a dudas acerca de su animosidad, no lograban, sin embargo, sacar a Juls de su estupor. Los hermosos ojos oscuros, cargados de pudor y angustia, paseaban obstinadamente entre la pantalla del móvil y la hermosa cara de quien, en ese momento, se había convertido en su implacable inquisidora. El silencio se extendió a tal punto que la incomodidad era insoportable, y la poca paciencia que le quedaba a Valentina se evaporó como el rocío bajo el sol. Su mente se nubló y los impulsos se sobrepusieron por encima de cualquier buena intención.
-Bueno, ahora sí te has quedado muda, ¿no? Y como dicen que el que calla otorga, parece que no hay más que decir; no tengo nada más que hacer aquí...ni tampoco en tu vida, evidentemente.
Sin darse tiempo a pensarlo, Valentina se limitó a guardar su celular, a tomar su bolso y dirigirse a la puerta con la intención de alejarse cuanto antes de una situación que se había salido de control y que la estaba lastimando como ya no creía que fuera posible. Ya lidiaría luego con las decisiones que tenía que tomar respecto a Juliana; en ese momento lo único que quería era cortar con la agonía de sentirla muy lejos teniéndola así de cerca.
Iba tan ofuscada que no era muy consciente de lo que dejaba atrás, de lo que ocurría a su alrededor. Pero lo que la sacudió abruptamente de la maraña de sus oscuras emociones, fue el golpe que se produjo al volver a cerrarse con brusquedad la puerta recién abierta por ella para salir de la casa. No entendía bien en qué momento su anfitriona había alcanzado la salida para impedir que se fuera, poniéndosele de frente, entre ella y la modesta placa de madera. Una decidida Juliana tomó entre sus manos el rostro hermoso de una desconcertada Valentina; acarició con sus pulgares las mejillas tersas y sonrojadas, la miró directamente a los ojos con una intensidad que a cualquier otra persona habría amedrentado, para luego decirle, mientras pegaba la frente con la suya:
-Yo tampoco tengo porqué mentirte, Valentina. Y con la mano en el corazón puedo jurarte dos cosas: la primera, que te amo con locura y no ha habido un momento en que no se así; la segunda, que, sin importar lo que parezca, no hay nadie más que tú en mi corazón y en mi vida.
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EL CIELO EN TU MIRADA - JULIANTINA
FanficEsto es sólo la historia de Val y Juls recontada, siguiendo la línea argumental original, pero con ciertos cambios de enfoque. Porque hay historias tan hermosas que merecen ser contadas mil veces y de mil maneras distintas. Una hermosa muchachita...