9.

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Me había despertado con mucho cansancio, probablemente haya dormido dos horas como máximo, al salir y no ver a nadie en casa me preocupe, pero supuse que pasó como en el juego del "pillapilla", que durmieron fuera y que luego vendrían, pero estaba equivocada. 

La noche llegó y ellos seguían sin venir, salí fuera para ver si había rastro de ellos por algún lado, estuve horas buscando y gritando sus nombres, pero fue en vano por lo que volví a casa y me dedique a llorar hasta que caí dormida. 

Al día siguiente, mientras paseaba por un parque, mientras unas lágrimas rebeldes caían de mis ojos por recordar momentos con mi hermano y los chicos, la escaladora del juego del pillapilla estaba acariciando un conejo que estaba metido en algo que era como una trampa casera. 

"Lo siento" la escuché decir para luego matar a la pequeña criatura. 

-Uy, hola, ¿qué haces por aquí?- me preguntó ella mientras agarraba el conejo y lo metía en una bolsa de plástico.
-Daba una vuelta- dije mientras limpiaba esas lágrimas rebeldes de mis mejillas.
-¿Estás bien?- me preguntó ella, supongo que notó que estaba llorando.
-Mi hermano y los chicos se fueron ayer a un juego y no han aparecido- le expliqué.
-Lo siento- me dijo ella.
-Si quieres, puedes quedarte conmigo- me sugirió ella.
-¿En serio?-
-Sí, claro, no hay problema- y dicho esto me dedicó una sonrisa muy dulce.

Estuvimos caminando hasta donde ella dormía, que era una especie de garaje extraño y justo nos encontremos a mi hermano tirado en el suelo.

-ARISU- grité mientras lloraba.

Fui corriendo hacia él y lo abracé.

-No sabes el susto que me has dado, pensé que estabas muerto, no sabes lo que he llorado, no sabía qué hacer sin ti, pero estás vivo- dije mientras lo abrazaba cada vez más fuerte y lloraba sin parar.
-No quiero vivir- habló él entre mis brazos y sin devolverme el abrazo.
-¿Qué estás diciendo?- le pregunté mientras me separaba de él y lo obligaba a mirarme.
-Vale- habló ella para luego coger mi brazo, levantarme y llevarme hacia el sitio en el que ella estaba.
-¿QUÉ? NO, NO PODEMOS DEJARLO AQUÍ, NO PODEMOS DEJARLO AQUÍ- gritaba yo, mientras ella me tiraba y Arisu me miraba desde el suelo a lo lejos.
-Él ha dicho que quiere morirse-
-Pero...-
-Es su decisión-
-Está bien- y después de decir estas dos frases, agaché mi cabeza y seguí a la chica.

Pasó un tiempo y acabé convenciendo a Usagi, porque así se llamaba, que trajera a Arisu.
Él estaba dormido y cuando se despertó nos vio.

Usagi le puso el bol de comida y agua para que comiera mientras él estaba en silencio mirándonos.

-Que aproveche- dijo ella.
-Gracias, igualmente- le respondí.

Pero Arisu no se levantó ni siquiera para comer.

-¿Por qué me habéis salvado?- nos preguntó.
-Tu cuerpo pide a gritos vivir- habló ella sin responder.
-¿Mi cuerpo? Mi cuerpo quiere vivir... - habló de nuevo él sarcásticamente.
-Pero no hay razón para hacerlo- finalizó.
-No me lo puedo creer- hablé ahora yo para coger, dejar las cosas en el suelo y salir fuera de allí.

Me molestaba, me molestaba muchísimo, pero me dolía aún más.
Sabía que Arisu quería muchísimo a sus amigos, pero... ¿Importarles más sus amigos que su propia hermana? Estaba muy dolida, no quería hablar con él, no quería hablar con nadie en ese momento, mi ansiedad, ira y tristeza subían por mi esófago, quería llorar, no aguantaba más.
Saber que yo estuve pensando y preocupándome por él, mientras que a él solo le importan sus malditos amigos.
Yo también quería a los chicos como mis propios hermanos mayores, pero siempre pondría a Arisu delante, ¿por qué él no podía hacer lo mismo? ¿Acaso no le importó tanto como él me importa a mí?

Todas esas preguntas y pensamientos pasaban por mi cabeza mientras lágrimas caían de mis ojos.
Sentía el corazón en la garganta, estaba teniendo uno de los peores ataques de ansiedad que pude tener, por lo que simplemente me senté en un columpio de un parque y me distraje hasta que me empecé a calmar.

Me quedé a dormir allí y cuando me desperté fui directa a los columpios de nuevo para balancearme y no hacer nada más, hoy se acababa mi visado y la verdad es que estaba nerviosa por si no conseguía encontrar ningún juego, pero sabía que acabaría encontrando uno.

Se hizo de noche y yo todavía seguía allí, pero pude ver a Usagi y Arisu acercándose hacia mí.

-¿Vamos?- me preguntó Usagi.
-¿Qué?-
-A jugar- me explicó ella.
-Hoy se te acaba tu visado- me dijo Arisu.
-¿Y a ti qué te importa?- le dije de mala gana.
-Vamos, tú fuiste la que me rogaste que acogiera a tu hermano-
-Ya, antes de ver que pone a sus amigos antes que a su propia hermana-
-Yuri...- intentó hablar Arisu, pero lo interrumpí.
-No, no me hables- y dicho esto me levanté.
-Voy a ir, pero porque quiero vivir- aclaré.
-Bien, pues vamos- dijo ahora Usagi.

Mi hermano estuvo todo el camino intentando pedirme perdón, pero yo simplemente no quería hablar con él, ignoraba cada palabra que salía de su boca.

ARISU P.O.V:

Me dolía que mi hermana me hiciera la ley del hielo, pero supongo que me lo merecía, por una parte, pero por la otra tenía que entender que he perdido a mis mejores amigos.

ᴀʟɪᴄᴇ ɪɴ ʙᴏʀᴅᴇʀʟᴀɴᴅ [Chishiya X Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora