Capítulo 25

402 50 9
                                    

Me acerque dónde aquel sujeto, él solo me miró y dijo:

—Sí no quieres terminar como tú amiguita, más vale que no digas nada—dijo y yo le dí un puñetazo en la cara.

—Y tú suéltala antes de que termines en el hospital—dije y él se puso furioso.

—No pienso pelear con una niña—dijo y yo le volví a meter otro golpe en la cara.

—¿Tienes miedo?—pregunté.

—No lo tengo—me iba a dar una patada sin embargo falló porque está sostiendo a Sumin.

El intento salir corriendo, pero lo seguí y no tuve más opción que darle una buena patada voladora que impacto su espalda, así que calló al suelo junto con Sumin.

La alarma del internado empezo a sonar, así que aquel tipo desconocido se levantó rápidamente y salió corriendo.

Decidí dejarlo ir porque me preocupé por Sumin que está en el suelo, con una herida en su frente.

—Lo siento cariño, pero no podía dejar que él te llevará—dije y la tomé en mis brazos.

Los altavoces que están a los alrededores del internado se encendieron y la rectora empezó a hablar:

—Tuvimos un problema de seguridad y un extraño ha entrado al internado, las puertas ya han sido cerradas—informó—mientras intentamos atraparlo, se solicita a todas las estudiantes ir al auditorio.

Yo salí corriendo a la enfermería, la doctora me miró preocupada y me preguntó:

—¿Qué fue lo que pasó?—preguntó.

—Ese sujeto extraño, la dejo inconsciente e intentó llevársela—dije y unas cuantas lágrimas salieron de mis ojos—por suerte, logré que la suelte.

—Gracias Yonmi, ella va a estar bien, tranquila.

La dejé en una de las camillas y la doctora empezó a revisarla.

—Si quieres puedes ir con el resto de tus compañeras—dijo con una sonrisa.

—Es mi mejor amiga—también es la chica de mis sueños, pensé—por favor.

—Está bien, puede quedarse con su amiga—dijo la doctora y sonrió.

Curó la herida que tenía en la frente, levantó sus párpados para revisar sus reflejos, anotó algo y después le puso un suero.

—Le dieron un fuerte somnífero, espero que el suero contrataste los efectos y pueda despertar antes—dijo la doctora—solo queda esperar.

Ella llamo a la rectora y le informó lo  que acaba de suceder, mientras tanto yo tome una silla y me senté para vigilar a Sumin.

Verla tan indefensa, me hizo soltar unas cuantas lágrimas y me dí cuenta que definitivamente estaba enamorado.

Imaginarme un mundo sin ella, realmente me aterraba, tomé su mano discretamente y pensé:

Voy a enloquecer si ella no despierta.

Unos minutos más tarde se volvieron a encender las bocinas del internado y la rectora volvió a hablar:

Logramos detener al intruso y está siendo investigado por la policía, ya pueden retornar a sus respectivos salones de clases.

Yo no volví y ví a Yuna entrando a la enfermería corriendo.

—Dime que ella está bien—dijo preocupada y yo la abracé.

—Esta inconsciente, hay que esperar a que despierte.

—Chicas, les encargo que vigilen a su amiga unos minutos, voy ir a hablar la rectora—dijo y se fue.

—¿Sabes quién fue?—yo negué.

—No lo sé, pero de seguro fue enviado por uno de los enemigos de su padre—respondí—no sabes lo difícil que fue atarcarlo sin que me descubra.

—Claro, el no puede saber que hay un infiltrado aquí—dijo Yuna y paso su mano por mi espalda—¿tú estás bien?

—Sí lo estoy, solo que me asuste mucho de perderla para siempre.

—Eres un gran agente, ella estará a salvó mientras tú la estés cuidando—dijo Yuna y sonrió—pero entiendo tú temor, especialmente porque estás enamorado de ella.

Después de unos minutos Sumin empezó a moverse y abrió los ojos poco a poco.

—Yuna, Yonmi—dijo cuando despertó—¿qué me pasó?

—¿No recuerdas nada?—pregunté y ella negó.

—Estoy algo confundida—dijo Sumin.

La doctora, se levantó y la volvió a revisar por segunda ocasión, está vez para estar seguros que no hay una contusión.

—Ella está bien, pero podría confundir algunas cosas, hasta que vuelva a su estado normal—explicó la doctora.

El timbre sonó, es hora del almuerzo, así que Yuna se fue por algo de comer para las dos. Yo me quedé en la enfermería, para no descuidar a Sumin.

—Aquí está su comida señorita Yang, solo por hoy debe comer algo ligero—dijo y le puso su bandeja en la mesa.

—Gracias—dijo y soltó una media sonrisa.

Iba ayudarle a comer pero escuché unos pasos acercarse a la enfermería y Hoseok apareció, para ir directamente donde su ex novia.

—Sé que me odias, pero no pude evitar sentirme preocupado por tí, así que pedí permiso para venir aquí—dijo y tomó la mano de Sumin.

—¿Por qué dices que te odio?—dijo y miró a su ex novio.

—¿No es así?—preguntó confundido.

—Claro que no, por qué te odiaria eres mi novio y nos amamos—dijo y puso sus manos en el rostro de Hoseok.

Él y yo nos sorprendimos, aunque sé que es algo temporal, temo que Hoseok quiera aprovecharse de su condición para regresar con ella.

Internado solo para chicas ||Min Yoongi||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora