El día que fui hasta tu casa a disculparme y tuve el incidente con tu padre, fue la última vez que nos vimos hasta que empezaron las clases en la universidad. El verano me lo pasé entre casa de mi tía, la de Silvia y el trabajo, aunque al menos se había establecido cierta rutina. ¡Bendita rutina! Si unos meses antes alguien me hubiera hablado de rutina hubiera pensado en una vida monótona, gris, aburrida. Sin embargo, después de lo que había pasado, conseguir una rutina significaba tener la suficiente estabilidad en la vida como para saber que el día siguiente iba a ser tan tranquilo como el anterior. Y eso, para mí, era un premio.
El único contacto que tuve contigo durante el verano fue una conversación por mensaje. Silvia me había dicho que iban a publicarte una novela, El rencor del almendro, así que le pedí tu número de teléfono a Silvia y te escribí.
Yo
¡¡Enhorabuena!! Soy Tristán. Silvia me ha contado que van a publicar tu novela.
14:23
Va a ser un éxito. Estoy convencido.
14:23
Tiene un estilo muy directo que engancha desde el primer momento.
14:23
Sara
¡¡Gracias!!
14:24
¿Lo has leído?
14:24
Yo
Sí. Espero que no te importe: un día vi el ejemplar que le diste a Silvia y lo leí.
14:25
Sara
Aún tengo que revisarlo de nuevo.
14:25
¿Qué te ha parecido?
14:25
¿Te ha gustado?
14:25
Yo
Tiene un estilo muy directo que lo hace muy fácil de leer.
14:26
Sara
Intento utilizar un lenguaje sencillo, sin demasiados adornos.
14:26
Yo
Lo contrario que yo... que soy insufrible.
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Mientras me olvidas
RomanceEs difícil vivir sabiendo que has conocido al amor de tu vida y que no estáis juntos; Tristán siempre ha cargado con ese peso. Nunca se hubiera imaginado que esa persona que le resultaba insufrible era en realidad el amor de su vida. Sara y Tristán...