Capítulo 54

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En Paradise habían tenido un buen recibimiento por parte de la reina, ella había abrazado feliz a Hange y la pequeña Ymir había estado animada por volver a verla, pero no esperaba la sorpresa que le tenían, como sería un viaje corto Reiner los había acompañado por cualquier inconveniente así que la niña había corrido a abrazarlo, ni qué decir de él, siempre sería de su agrado ver a Historia y también a la pequeña Ymir que se había ganado su corazón.

Pasaron unos días con Mikasa y Jean, la señora Kristein había estado encantada con las visitas, también pudieron conocer a la señora Springer quién pronto se mudaría a Marley para estar cerca de su hijo y su futura nuera.

Visitaron la tumba de Eren dejando una oración y agradecimiento porque hubiera intervenido para que Hange volviera con ellos.

Una vez los trámites estuvieron terminados Hange le contó a Historia acerca de su compromiso, prometiendo enviar una invitación para ella en cuanto tuvieran la fecha decidida, la reina la había felicitado con emoción, prometiendo verlos ese día.

...

Pieck había invitado a Hange a un desayuno en una nueva pastelería con Annie y Nayah también.

— Así que tu boda será cuando la señora Springer esté instalada.— comentó Pieck.

— Sí, para Connie es muy importante que ella esté presente, iré a conocerla en dos semanas.

— Me alegra, Connie sufrió mucho cuando ella estuvo convertida, mencionó que está emocionada por verte.— le dijo Hange.

— Por cierto ¿ustedes ya fijaron la fecha verdad?— le preguntó Annie.

— Será en febrero, Levi se encargó de separar el lugar.

— Es perfecto Hange, le tenemos un regalo.— habló Pieck emocionada.— Bueno con este desayuno queríamos decirle que tenemos citas en tiendas de novia, ya debe ir buscando el vestido.

En cuanto terminaron fueron al primer lugar, la figura de Hange siempre fue esbelta, pero ahora tenía más curvas pues ya no entrenaba como en la milicia y su vida había sido como la de cualquier mujer joven. Había sentido los vestidos enormes, era demasiada tela y muy pesados, le preocupaba tener que caminar con algo así, las demás habían coincidido en que no se veía cómoda, así que pasaron a la siguiente locación.

En la segunda tienda Hange se sentía nerviosa porque el primer vestido que usó le gustaba pero no estaba segura.

— Te luce muy bien, pero no te ves contenta.— comentó Annie.

— Es complicado, nunca imaginé usar un vestido así, siento que no sé qué hacer, parece tan irreal.— no dejaba de verse en el espejo, la imagen no la convencía, se sentía perdida.— Además no sé si quiero que se vean.—  dijo por sus cicatrices.

— Hange el punto es que te sientas hermosa ese día y aceptes que todo lo malo quedó en el pasado, es una etapa completamente diferente, disfrútala.— la animó Pieck.

— ¿Qué te parece este?

Annie estaba señalado un vestido blanco de mangas largas que estaba en uno de los maniquíes, los ojos de Hange se iluminaron al verlo.

— Es muy bonito Annie, me lo probaré.

Cuando Hange salió con el vestido que le había dado Annie y se vio al espejo un nudo se formó en su garganta, sin embargo no era tristeza, estaba muy emocionada, se iba a casar, viéndose con ese vestido lo hacía real, se sentía hermosa algo que siempre se le había hecho difícil, siempre había escuchado a los demás decir que era un bicho raro, una loca, entre otros apodos, ahora eso ya no haría eco en su cabeza, era una novia.

— Creo que no hay palabras para describirlo.— le comentó la rubia.

— Te ves deslumbrante.— Pieck aplaudía.

— El capitán quedará boquiabierto cuando la vea.— le dijo Nayah.

— Es perfecto.— la sonrisa de Hange era deslumbrante.

Las tres jóvenes se acercaron para felicitarla, viendo los detalles del vestido y el velo, una boda siempre era un motivo de emoción.

...

En la tarde se había encontrado con Levi, él quería que lo acompañara a un lugar importante.

— ¿Una joyería?

— Sí, hay alguien a quién quiero que conozcas.

El viejo George los había recibido fijándose en el anillo que Hange tenía, recordando que Levi lo había comprado hace varios meses y contándole a ella como es que lo había diseñado.

— Que bueno que encontraste a alguien Levi, pero dime ¿a qué vienen?

— ¿Usted podría reparar este anillo? Es su creación, los queremos usar de alianzas en nuestra boda.

— Sí puedo repararlo, será un gusto.

— Muchas gracias, se lo encargo.

— Levi, ¿te gusta esta casa verdad? Lo he pensado mucho y decidí venderla, yo ya estoy muy cansado para mantenerla, iré a vivir con mi hijo, quiero pasar tiempo con mis nietos, si les interesa podemos acordar un precio, estoy seguro que la cuidarán mucho mejor que yo.

Levi y Hange se miraron entre ellos, habían hablado de buscar una casa para ambos, pero esa propuesta fue tan repentina.

— ¿De verdad te gusta este lugar?— le preguntó la castaña.

Levi asintió y Hange le sonrió.

— Será nuestro hogar.

Hablaron con el viejo George, él estaba complacido porque ellos fueran los nuevos del lugar que había sido su casa por tantos años, pactado el precio estaban listos para iniciar los trámites para que la casa estuviera al nombre de ambos.

Mira que lejos hemos llegado (LEVIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora