— ¡LEVI!
— Cariño despertaste.
La señora Adeline se acercó a abrazarla.
— Voy a llamar al doctor.— se apresuró a decir el señor Belmont.
Rápidamente salió de la habitación.
— Nos tenías tan preocupados.— la mujer no dejaba de darle besos en la cabeza.— Sabía que tus dolores de cabeza habían empeorado, no tenías que ocultarme eso hija, pudimos venir antes, ¿necesitas algo?
— ¿Dónde está Levi?
Adeline se tensó con esa pregunta y se alejó un poco de la castaña dándole una sonrisa.
— No le hemos avisado a nadie cariño, necesitas descansar, cuando Arturo nos dijo que te había traído al hospital inconsciente sentí que la vida se me iba.
No pudo decir más, el doctor llegó a examinarla, le preguntó cómo había pasado, ella le explicó un poco, respondió sus preguntas, pero cuando el doctor preguntó acerca de algo más ella le pidió que se fuera.
— Necesito hablar con mis padres a solas.
El doctor la miró confundido, pero luego aceptó, salió de la habitación luego de decirle que ante cualquier molestia lo llamara.
— Ava, cariño, ¿qué pasa?— la mujer tomó una de sus manos, pero Hange la alejó.
— Desde ahora quiero que me llamen Hange, mi nombre es Hange Zoe, siempre lo ha sido.
Los señores Yeva estuvieron unos segundo boquiabiertos sin saber que decir, pero Adeline fue la primera en salir de su sorpresa para contestarle.
— Oh no cariño, has pasado por tanto que debes estar confundida, no conocemos a ninguna Hange.— le dijo sonriendo falsamente.
— Yo soy Hange.— respondió irritada, las molestias en su cabeza no se iban, pero necesitaba discutir el tema cuanto antes.
— Ava, cariño, tal vez deberíamos llamar al doctor, estás muy agitada, él...
— Adeline detente.— Belmont había hablado en un susurro.
— Pero querido...
— ¡DIJE QUE BASTA! ¡YA PERDÍ UNA HIJA, NO QUIERO PERDER OTRA!
Hange pensó en que nunca lo había visto levantar la voz de esa forma y menos mirar a su esposa de manera tan fulminante.
— Ava... No, Hange, perdóname.— se veía dolido.— Nuestra hija Ava debería tener más o menos tu edad, ¿sabes? Siempre sonreía, era tan positiva, aún recuerdo cuando llegaba corriendo diciendo "papá, vi la plantación, es hermosa, cuando sea mayor te ayudaré mucho más", no pude haber pedido una mejor hija. — Hange notó que la sonrisa del hombre era triste. — Así como nunca pensé que la perdería, ella falleció cuando tenía 15 años, Adeline y yo habíamos salido a una fiesta y la casa se incendió, cuando llegamos ya era demasiado tarde, ella no pudo salir y nosotros no pudimos sacarla, vi a mi esposa llorar día tras día luego de perderla, no comía, parecía que estaba muriendo en vida, yo tuve que ser fuerte para sostenerla, pero también me estaba muriendo por dentro.— el hombre lloró ante el recuerdo y Hange le tomó una mano para darle fuerzas de seguir con su relato.— Cuando te encontré en la orilla con esas quemaduras, vi a mi hija, no podía dejarte morir, aún respirabas así que te llevé a donde pudieran atenderte, tu corazón se detuvo, pero lograron devolverte a la vida.— el hombre apretó el agarre de sus manos.— Con el tiempo tus heridas sanaron mejor de lo que se esperaba, así que le conté a mi esposa sobre ti, ella quiso conocerte y también vio a nuestra Ava, cuando despertaste y no recordabas nada, decidimos que ocuparas su lugar, se que suena horrible pero teníamos la esperanza de que solo siguieras adelante y así fue, nos diste la oportunidad de ser padres otra vez, de darle a alguien el amor que ya no le podíamos dar a nuestra hija, te volviste mi mano derecha, me alegrabas la vida, porque eras mi hija, siempre te consideré mi hija, pero cuando él apareció...
Del bolsillo de su abrigo sacó un colgante con un anillo en forma de corazón, Hange lo reconoció al instante, sus ojos se llenaron de lágrimas cuando lo tuvo en su mano.
— Me lo dieron con las pertenencias que tenías, guardamos un pedazo de tu capa, tiene unas alas bordadas.
— Yo reconocí el anillo de Levi en cuanto lo vi, no quise decir nada.— dijo Adeline.— ¿recuerdas la discusión que tuvimos tu padre y yo?— Hange asintió.— Tu padre quería que dijéramos la verdad, pero no pude hacerlo, casi me vuelvo loca cuando mi Ava murió, no imaginaba la idea de perderte a ti también, así que él accedió a mi idea de callar.
— Siempre fueron tan amorosos conmigo, no puedo entender el sufrimiento que les causó perder a su hija y sí puedo perdonarlos por haber querido ocultar mi pasado, dándome una vida nueva, a fin de cuentas era algo que ustedes no podrían resolver.— le costaba lo que iba a decir, además el dolor de cabeza estaba regresando, pero fue firme y continuó.— ¿Saben qué más sentí? viví todos estos años con la incertidumbre de no saber quién era, cuántas veces me vieron llorar por la desesperación de no recordar ni quién era, les conté lo vacía que me sentía, los vi alegrarse cuando les hablé de Levi, cuando les conté lo bien que me hacía sentir, porque les dije yo de alguna manera pertenecía a su lado y aun así me lo ocultaron, eso es lo que no les puedo perdonar.
— Ava...
— Soy Hange.— habló con rencor, además se sentía agitada.— Lo siento, estoy tan molesta con ustedes, al final fueron tan egoístas conmigo.— respiró profundo y estiró su mano libre hacia la mujer, quién no dudó en tomarla.— Adeline, Belmont, les soy muy sincera cuando les digo lo agradecida que estoy con ustedes, he aprendido a quererlos, pero necesito tiempo y espacio por todo esto.
— Te daremos lo que necesites.
Hange les sonrió y les pidió un momento a solas. Sí, tenía cierta frustración, pero ya no podía regresar el tiempo. Lo había recordado, ahora sabía quien era, era Hange Zoe, recordaba su pasado, a sus amigos, a su querida 104, recordaba a Levi perfectamente. Necesitaba ver a Levi, no podía creerlo, Eren había tenido razón, volvería con Levi, con los muchachos, todos estaban bien, mejor de lo que alguna vez hubiera imaginado, había podido ver a Armin casarse y los demás, moría por decirles que era ella y que había regresado, pero primero necesitaba hablar con Levi.
Dejó caer algunas lágrimas, él la había tenido presente durante todo ese tiempo, había usado su anillo, la tienda de té, había dicho abiertamente que la amaba, pero a la vez Levi había sufrido tanto, pero eso se había acabado.
O eso creía cuando un dolor punzante reapareció en su cabeza, se aferró con fuerza su anillo y de su garganta salió un grito para pedir ayuda, veía borroso, los ruidos a su alrededor eran distantes, los gritos de Adeline pidiendo un doctor la mareaban.
Una figura corrió hacia ella, era el hombre a quien durante los últimos años había llamado su padre, la tomaba de la mano mientras repetía que todo estaría bien, de sus labios volvió a salir el nombre de Levi antes de volver a perder el conocimiento.
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.¿Qué pasó con Hange? ¿Podrá Levi reencontrarse con ella? ¿O volverá a perderla sin saber qué tiempo e la tuvo a su lado?
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Mira que lejos hemos llegado (LEVIHAN)
Fiksi PenggemarCuando sabes que tu vida está en constante peligro tratas de evitar establecer lazos, pero lo único cierto es que nunca sabrás cómo o cuándo llegará alguien se irá colando en cada parte de ti, no sabes cómo empezarán a fluir nuevos sentimientos, sol...