Capítulo 40

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Habían ordenado platillos diferentes y una botella de vino, él por primera vez estaba probando los ravioles rellenos de finas hierbas, recomendación de Ava y debía dimitir que estaban deliciosos, ella había preferido unos fideos en salsa blanca acompañados de carne, el vino era de una cosecha de hace 10 años, seco, dejaba una sensación tibia en la garganta al pasar. Tuvieron un conversación interesante, ella quería saber más acerca de su época de capitán y él preguntó algunas cosas acerca de ella, descubriendo que como no recordaba con ayuda de su madre la habían aceptado en el hospital para ayudar con las rehabilitaciones, además que había tenido una fuerte conversación con sus padres acerca de las personas provenientes de la Isla Paradise y aunque al inicio habían sido un poco cerrados de mente al respecto habían terminado por darle la razón a su hija.

— Cuando nos conocimos pensé que eras un hombre casado.— sus ojos chocolate estaban dirigidos a su mano.

— ¿El anillo?

— ¿Es un anillo de promesa?— él la miró confundido.— O lo usas solo porque te gusta.

— ¿Qué es un anillo de promesa?

— Cuando se lo entregas a la mujer que amas es como la promesa de cambiarlo por otro más adelante.

— ¿Uno más costoso?— verdaderamente no entendía.

— No idiota, por uno de matrimonio.— rodó uno de sus ojos.

Cuando le había entregado el anillo a Hange lo había hecho con la intención de que supiera que su corazón siempre estaba con ella, así como él tenía el suyo, no habían tenido tiempo de pensar a futuro, como eso que decía Ava, cambiarlo por un anillo de matrimonio, aunque no podía negar que sí había fantaseado con hacerla su esposa y verla llevar sus investigaciones mientras él se encargaba de que la casa estuviera en perfecto orden. Por más que ambos esperaban sobrevivir y conseguir la libertad, hasta que no fuera un hecho no solo quedaba como esperanza, también sabía que Hange había dejado todo eso de lado y había imaginado una vida juntos, por eso se lo había revelado mientras pensaba que él dormía. No sonaba para nada mal, que en algún momento hubieran podido hacer todo eso y admirar lo lejos que hubieran llegado, no se hubiera quejado de tener que limpiar su desastre si la iba a tener con él, con sus besos de buenas noches y la comida deliciosa que Hange preparaba.

— No teníamos tiempo para eso.

— Imaginaba esa respuesta.— ella se encogió de hombros.— Por cierto ¿entrenas? No quiero incomodarte, pero no es un secreto que estás bastante, uhm ¿formado?— Ava se rio.— Ush... El punto es que a pesar de la camisa se te marcan los músculos.

— Toda mi vida me he entrenado, no podía perder el tiempo por una pierna lesionada, todo lo demás funciona perfectamente bien.

— Tendría que preguntarle a Hange para confirmar eso.— Ava levantó una ceja hacia él con una sonrisa coqueta.

Analizó esa frase y no pudo evitar sonrojarse al entenderla, lo que desató una ola de carcajadas provenientes de la mujer que lo acompañaba.

— Cierra el pico maldita ruidosa.

— Lo siento JAJAJA— lo señaló.— Es que es demasiado rojo.

Un recuerdo vino a su mente con esa frase y volvió a sentir su rostro, haciendo que ella riera aún más.

— Ya es suficiente, pide la cuenta de una jodida vez.— giró la cabeza para no verla.

— Como gustes.

Cuando el mesero llegó con la cuenta se rehusó a que ella pagara, pero ella decía que él era su invitado por lo tanto le correspondía, discutieron por un rato hasta que por fin acordaron que él pagaría lo de ella y el vino y ella pagaría lo de él y el estacionamiento, mientras esperaban por la cuenta que le correspondía a Levi, rodó uno de sus ojos porque Levi no dejaba de discutirle.

— Que cosa tan horrible siempre haces con el ojo, gira ambos, pareces un fenómeno.

— Me lo han dicho antes.— se rió.— Supongo que es costumbre.— rodó ambos ojos.— Esperame unos minutos, iré por el auto, pago el estacionamiento y lo parqueo en la puerta.

— Está bien.

Ella salió y a los pocos minutos estuvo el mesero con la deuda que faltaba cancelar, una vez pagó salió a esperarla, no sabía si había mucha gente en el estacionamiento así que empezó a caminar, de cualquier manera lo iba a ver con el auto o él la alcanzaría antes de que lo sacara de la chochera.

— Eres muy bella, no deberías caminar sola por un lugar tan oscuro, quiero hacerte compañía,

Sus sentidos se encendieron ante esas palabras, en cuanto dio la vuelta por la esquina vio como un hombre había jalado a Ava al callejón y estaba en un intento de abrir su vestido, metiendo sus asquerosas manos donde no debía. No supo si fueron los intentos de ella de defenderse o esas lágrimas que empezaban a caer por su rostro, pero su ser se llenó totalmente de ira, sintiendo como una corriente eléctrica pasaba por todo su cuerpo, en dos pasos ya estaba al lado de ese hombre y lo había separado de Ava de una patada, como si su mente se hubiera desconectado y ese instinto que solía tener antes hubiera regresado se abalanzó sobre el hombre golpeándolo pero sin dejarlo inconsciente. Lo tomó del pelo para poder verle la cara.

— Si te vuelves a acercar a ella o a cualquier otra mujer, date por muerto maldita escoria.

Le dio un golpe en el rostro, esta vez sí lo había desmayado.

Rápido se acercó hacia Ava, viendo sus ojos bastante hinchados, sus uñas antes ligeramente largas ahora sangrando por sus intentos de defenderse, todo su cuerpo temblando, la levantó en brazos, ella cual niña se había abrazado de su cuello ocultando sus sollozos, caminó en ella así hasta el auto, la sentó en el asiento del piloto y sacó su pañuelo para limpiar su rostro.

— Gracias Levi.— ella frotó su rostro en la mano de él.— Estaba tan asustada.

Su mirada chocolate lo atrapó por un momento, se veía vulnerable, pero por la cercanía de sus rostros no pudo evitar dirigir su mirada hacia sus labios, era algo que había evitado todas las veces en las que habían estado juntos, pero esta vez era diferente, como si estos lo atrajeran antes de darse cuenta ya había había unido los suyos a los de ella, la parte racional de su cerebro estaba analizando la situación, lo que estaba haciendo estaba mal, muy mal, sentía que se estaba aprovechando de la situación pero cuando Ava empezó a mover los labios, ahí perdió todo el control que le quedaba, cerrando los ojos correspondiendo, dejando que sus labios se amoldaran a los de ella en un beso que no pudo descifrar.

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No me odien x1000.

No sé si alguno de ustedes ha visto "al fondo hay sitio" pero hay un personaje que me cae muy bien y se llama Fernanda, me inspiré de ella para darle el tic en el ojo a mi Ava.

No sé si alguno de ustedes ha visto "al fondo hay sitio" pero hay un personaje que me cae muy bien y se llama Fernanda, me inspiré de ella para darle el tic en el ojo a mi Ava

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Mira que lejos hemos llegado (LEVIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora