Song Yunhyeong era el tipo de persona que parecía un ángel mientras dormía, con sus pestañas oscuras, sus labios rojos y siempre tan abultados y suaves a la vista, como si invitaran a ser besados. Su cabello desordenado incluso lo hacía ver mucho más atractivo mientras se abrazaba a las sábanas. Donghyuk lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja, comprendiendo a su corazón acelerado y las letras escritas en un viejo diario por un niño confundido de once años.
Aunque las emociones que sentía, ya no tenían relación con ese niño que él no recordaba ser pero que conocía gracias a las fotografías y a la simple presencia de Yunhyeong. Esa noche tan solo decidieron dormir, no había recibido una respuesta de su mayor y tampoco iba a presionarlo para ello. Por el contrario, hablaron de películas y de animales salvajes, de juegos y de accidentes que los habían avergonzado alguna vez. Solo esa noche fue suficiente para enamorarse un poquito más de lo que ambos aceptaban y ni siquiera tuvieron que besarse para ello.
Donghyuk despertó mucho antes de que su alarma sonará y por suerte pudo deshacerse de ella, se sintió culpable por no despertar al pelinegro porque sabía que ambos debían ir a sus respectivas clases, pero ese día Donghyuk realmente solo quería estar con él. Por eso, aprovecho la situación y bajó a la cocina, su madre ya se había ido a trabajar como de costumbre y ahora él hacía su mejor esfuerzo de preparar un desayuno, si es que hacer un par de tortillas y envolver tomates en ella se podría llamar así. Pero su atención se vio interrumpida cuando un despeinado Yunhyeong apareció tímidamente ante sus ojos.
—¿Es de... día? —preguntó dudoso rascándose la cabeza. Quizás el hecho de que todas las persianas hacían ver el comedor y la sala de estar como un lugar oscuro eran la razón.
—Dormiste trece horas. —Bromeó el rubio intentando disimular el tono falso en su voz. Pero no contaba con que Yunhyeong adormilado fuese tan inocente.
—¡¿Q-QUÉ?! No, no, no puede ser. —Miró hacia todos lados desesperado mientras se tocaba los bolsillos de su pantalón. —Necesito mi móvil, me van a despedir.
—No lo harán, si llegas tarde un día no será nada malo. —Comentó con calma, haciendo una seña con la cabeza para que el otro tomará el desayuno.
—No conoces al supervisor actual, es capaz de cortarme la cabeza y usarla de florero. —Se frotó la cara con las manos caminando de un lado a otro o más bien, dando dos pasos de un lado a otro. —Llamaré y diré que amanecí enfermo de... Del estómago.
—Oye pe... —Donghyuk dejó las palabras al aire al darse cuenta de que quizás esa sería su oportunidad de pasar tiempo con su amigo. Así que prefirió no decir más.
Además que a Yunhyeong no le tomó demasiado tiempo fingir que estaba mal, incluso se quejó de dolor durante una llamada de menos de dos minutos antes de volver al comedor. —Tengo suerte de ser un excelente empleado.
—El mejor empleado que se queda dormido por trece horas. —Bromeó, ganándose un golpe en la cabeza. —Aunque te mentí solo vas dos horas tarde a tus clase.
—Dime que es broma o te voy a gritar tan fuerte que te cansarás de oírme. —El pelinegro entrecerró los ojos buscando un ápice de mentira en las palabras del otro.
—Lo siento y siento estar diciendo que lo siento las últimas horas pero de verdad lo siento. —Abultó el labio inferior extendiéndole el platillo que había preparado en señal de paz.
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Paper Rings | YunDong
RomansaYunhyeong regresa a la ciudad en donde vivió cuando era niño, cuando se reencuentra con Donghyuk (su mejor amigo de la infancia) y de quien ha estado enamorado por años, deberá lidiar con una nueva situación que lo pondrá en las peores pruebas emoci...