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        ¿Por qué la vida tenía que ser tan dura con él? No es como si hubiese hecho algo malo en sus años de existencia, fue un buen niño, respetuoso e intentó cumplir con cada uno de sus deberes como hijo, también reciclaba, ahorraba energía eléctrica, y aunque nada de eso debería ser razón para que le den un premio Nobel, al menos esperaba no tener que ver a Donghyuk con su novia en la mesa que regularmente ocupaban todos. 


          Para su mala suerte Junhoe decidió ir a un ensayo de teatro a pesar de insistir en que lo odiaba, así que estaba lo suficientemente solo como para sentirse nervioso siquiera de estar sentado tomando el almuerzo. Donghyuk no lo veía y observar la sonrisa en sus labios mientras su novia le limpiaba las comisuras de los labios solo lo enfada más, ese chico estaba actuando como si nada hubiera ocurrido, como si no era desleal besarlo estando de novio con una chica pero sobretodo; como si no fuese obvio que seguía teniendo sentimientos por él. El pensamiento de querer odiarlo se cruzó por la mente de Yunhyeong mientras enredaba los palillos en sus fideos. 



—Si tuvieras mi número telefónico registrado, podría acompañarte desde antes a almorzar. —Aclamó una voz que sobresaltó a Yunhyeong haciendo soltara los palillos sobre la mesa. —Hyung, eres tierno.

—No me asustes así, pude atacarte si no te reconocía. —Murmuró exagerado para ocultar la vergüenza y el rubor carmesí en sus mejillas por el descuido de dejar caer la comida. Incluso las salpicaduras de la salsa sobre la mesa lo hicieron sentir así. —Solo Junhoe puede contactarme. 

—No quiero que Junhoe sea un mensajero. —El menor sonrió y plantó su envase de bolas de arroz y carne asada sobre la mesa, separando los compartimientos. —Hoy traje carne, para compartirla contigo.

—Chanwoo, ¿qué es lo que intentas? —Preguntó con una risa suave, hundiendo los palillos en sus fideos para seguir alimentándose antes de hablar. —Ya es suficiente con que sepas en donde trabajo. 

—Quiero que vuelvas a estar sonriente. —Se sinceró, encogiéndose de hombros a la vez que sonreía. —Por eso traje carne, Junhoe me dijo que te gusta si está a la parrilla y que no comes picante nivel dos o tres.

—Ese chico tiene una lengua bastante amistosa. —Alzó las comisuras de sus labios y extendió los palillos, dispuesto a recibir el trozo perfectamente cortado de carne que el otro le ofrecía. —¿Dónde compraste esto?

—Lo hizo mi nana. —Confesó bajando la mirada, las orejas rojas eran prueba de que estaba avergonzado de siquiera comentarlo. 

—¿Tienes una nana? ¿No estás muy grande para eso? —Preguntó intentando reprimir la sonrisa en sus labios por la reciente confesión de su compañero.

—Alguien tiene que compartir conmigo los cumpleaños, Chuseok, navidades y año nuevo, por eso tengo una nana. —Chanwoo deslizó de su mochila una bolsa con un par de juguitos de bolsa y le extendió una al pelinegro. —Ha estado conmigo desde que nací, es como una mamá o una abuela.

—Oh entiendo. —Yunhyeong sintió pena por el castaño, pueda que el chico a veces era completamente infantil pero por sus palabras podía concluir que era bastante solitario. 



        No había preguntado, pero sabía de antemano que provenía de una familia adinerada, sus ropas lo indicaban y sus autos que cambiaban cada dos semanas a pesar de terminar castigado por no saber conducir. Quería preguntar más cosas pero no se sentía cómodo invadiendo la privacidad del menor, de todos modos el chico parecía bastante animado y eso le hizo pensar que quizás estaba siendo demasiado distante con alguien que intentaba de buena manera acercarse a él. 

Paper Rings | YunDongWhere stories live. Discover now