Los domingos son los días favoritos de muchos, servían para descansar y hacer aquello que no puedes hacer durante la semana por ocupaciones. Yunhyeong regularmente pensaba que era el día correcto para la pre-tortura que significaba el lunes, pero ese domingo fue distinto. Donghyuk decidió que quería ir a conocer un acuario virtual que habían instalado cerca de Busan y aunque eso implicaba tener que despertar demasiado temprano para viajar, Yunhyeong estuvo listo antes de que el sol diera su primer destello.
Las memorias que crearon ese día serían inolvidables y si lo olvidaban, estarían los vídeos que el rubio había guardado en su móvil con la excusa de querer reírse cuando tuviese que contar alguna anécdota de la juventud. Donghyuk lució fantástico con su tweed de cuadros blancos y unos cuantos pines adornando su pecho, su cabello incluso mas rubio que antes o quizás eran los ojos de Yunhyeong que lo terminaban engañando y haciendo creer que todo alrededor de su amigo brillaba.
Al contrario del elegante Kim, el pelinegro optó por vestir de mezclilla por completo, ganándose algunas risas de su amigo al asegurar que se veía sacado de una revista de los 90's. Las risas se convertían en murmullos cada vez que ambos se detenían frente a alguna de las pantallas gigantes que mostraban la imagen ilusoria de lo que sería un acuario real, como el que está en Gangnam pero al que Donghyuk se negó a ir, porque en su cabeza simplemente quería extender el tiempo con su amigo.
Para el final de la tarde después de tomar un almuerzo, merienda y visitar el museo ambulante de especies marinas extintas, el lugar había cerrado su ciclo y los clientes fueron invitados a pasear por el resto de la ciudad. El dúo de amigos debía regresar a Seúl pero no volvieron a casa directamente... Como la última vez, Donghyuk decidió acompañar a Yunhyeong a casa, pero antes se detuvieron en un pequeño parque que rodeaba la manzana cerca de los edificios, ahí mismo cruzaban los vehículos de alquiler que paraban frente al edificio de los dormitorios.
—¿Crees que existan las sirenas? —Donghyuk se balanceaba sobre uno de los columpios con la vista al cielo, hasta que volteó a mirar a su compañero, como si él tuviese una respuesta correcta a esa pregunta.
—Es una posibilidad, hay tantas especies de las que no se sospechaba que no me sorprendería si existen. —Le sonrió animado y dobló la mirada hacia el frente. El pequeño parque estaba demasiado despejado, probablemente porque el sol se había ocultado por completo.
—Yo creo que no existen. —Confesó llevándose una mano a la barbilla y asintió suavemente a sus propias palabras. —Porque si existen significa que también puede haber diferentes especies humanas.
—¿De dónde sacas esa conclusión? —Dijo entre risas por la repentina respuesta recibida. Definitivamente dentro de ese rubio todavía quedaba algo del Donghyuk que conocía, y sus preguntas tontas no ayudaban a ignorar lo que eso ocasionaba.
—Solo creo que sería extraño. —Se encogió de hombros y rodeó con ambas manos las cuerdas del columpio. —Sería aterrador pensar que existe gente que puede tener otras habilidades fuera de las humanas.
—¿Le tienes miedo a lo extraño? Oh ya veo, descubrí tu mayor miedo. —Bromeó entre risas, notando como el otro rodaba los ojos.
—Simplemente no quiero que existan, pero si existen especies extrañas de humanos, creo que ya conocí a una. —mencionó de repente.
—Por favor no digas que yo soy esa especie o será lo más cursi que dirás en tu vida. —Advirtió alzando el puño como una posible amenaza a golpearlo, aunque Yunhyeong era tan noble que probablemente primero se golpearía a sí mismo, además se trataba de Donghyuk.

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Paper Rings | YunDong
RomansaYunhyeong regresa a la ciudad en donde vivió cuando era niño, cuando se reencuentra con Donghyuk (su mejor amigo de la infancia) y de quien ha estado enamorado por años, deberá lidiar con una nueva situación que lo pondrá en las peores pruebas emoci...