Paper Rings | YunDong

3.

          La primera clase había culminado y sin tiempo alguno Junhoe se fue disparado a la siguiente clase, dejando a Yunhyeong hundido en sus pensamientos -mucho más de lo que ya estaba- puesto a que la idea de ese chico hablando con Donghyuk sobre él, lo tenía alterado y temía encontrarse con el rubio en cualquier momento. Por suerte, la segunda clase pasó por completo, así como la tercera y Donghyuk no apareció en la última, eso al menos le dio a Yunhyeong la oportunidad de relajarse al pensar que el muchacho no habría ido, nuevamente odiaba compartir algunas clases con esos chicos y se preguntaba una vez más ¿el chismoso de Junhoe sería capaz de convertirse en abogado?

          Para cuando la hora del almuerzo llegó, se encontró con Junhoe sentado en una de las mesas del comedor mientras anotaba algo en la libreta de otra chica y el pelinegro no iba a permitir que su amigo platinado greñudo se escapara sin contarle qué era lo que había hablado con Donghyuk pero sobretodo, la razón por la que ya no lo recordaba, por ello apenas tomó su bandeja de comida fue directo hacia él, tomó asiento sin saludar y plantó sus cosas sobre la mesa, apoderándose del lugar. La chica que antes estaba completamente sonriente hizo una reverencia y se retiró casi asustada.

—La espantaste. —Murmuró Junhoe en un tono fastidiado. —¿No podías esperar un poco más? ¡Ella quería mi autógrafo! Les encanta que escriba corazones en sus libretas. —Murmuró con una sonrisa ladina en los labios.

—Eso suena patéti... ¡Olvídalo! No podía esperar, somos amigos y eso dices todos los días hasta volverte un peso en mi espalda y los amigos son primero. —Arremetió con una sonrisa falsa antes de darle un empujón suavecito. —Y no me has terminado de contar.

—¿Qué cosa? —Preguntó confuso. —Sabes que no puedo ayudarte con ninguna clase, más bien necesito que me ayudes tú a mí, necesito que me des-.

—No puedo ayudarte Junhoe, recuerda que tengo que trabajar. —Interrumpió.

—Te pagaré. —Insistió con una sonrisa llena de confianza que de no ser porque eran amigos, Yunhyeong querría tirarle su batido encima. —Dos horas conmigo no deberían ser gratis y tú deberías pagarme a mí, pero sé que eres un hombre de negocios y me interesa así que ayúdame.

—¡Después hablaremos de eso! —Movió la mano al aire suplicando que el chico olvidara esa idea por los momentos y empujó su propia silla mucho más cerca de él con la intención de murmurar, como si deseara que nadie más escuchara -y ese era su plan- porque si continuaba sin saber lo que quería terminaría haciendo un escándalo de la desesperación. —Necesito que me digas qué hablaste con Donghyuk.

—Aaaah... Eso... Uhmm. —Se llevó una mano al mentón, desviando la mirada hacia los alrededores, dejando a Yunhyeong a la expectativa. —Primero tienes que saber que cuando te fuiste Donghyuk estuvo bastante raro, creo que le tomó al menos dos meses volver a adaptarse y entonces quiso probar cosas nuevas.

—¿C-cosas nuevas? —Preguntó esperando lo peor. —¿No hizo nada malo o si? ¿estuvo en problemas?

—¡Por supuesto que no! ¿qué cosas raras estas pensando? —Preguntó rodando los ojos antes de echarse a reír e incorporarse aún mas cerca de su amigo. —Dijo que quería irse al ejército y cosas muy raras durante un tiempo, pero falló dos veces en el examen físico y le dijeron que esperara a ser mayor de edad.

—Creí que no le había importado. —Confesó mordiéndose los labios quizás para ocultar la sonrisa que quería asomarse o tal vez por culpabilidad por haberse ido así. —Nunca volvimos a hablar desde que me fui.