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         23 años son la edad suficiente como para tomar decisiones, se supone que la mente es madura y considerada con la realidad y el entorno que nos rodea así que podemos analizar mejor qué camino seguir, eso fue lo que pensó Yunhyeong porque en su cabeza sus ahorros eran suficientes para mantenerse. Pero irse de casa, regresar a Seúl con la idea de estudiar y trabajar al mismo tiempo, además de pagar una renta, servicios público y transporte, no era absolutamente nada sencillo y aunque por dentro estaba llorando cuando a la segunda semana de mudarse no encontró ni un solo billete en sus bolsillos.


         Sin embargo, Yunhyeong no se detuvo y en dos meses ya tenía un empleo de medio tiempo, compartía dormitorio con otro estudiante y había empezado su segundo año en leyes, después de pasar varios exámenes regulares y con la suerte de tener una recomendación. Los problemas iniciaron cuando dos clases extracurriculares fueron agregadas a su horario en su primera semana, fue ahí cuando las cosas se tornaron en un verdadero problema. 


         Donghyuk reaparición en plena clase de escritura de informes, Yunhyeong se llevó el golpe de su vida cuando al querer entrar al aula de clases se encontró con su mejor amigo a unos metros de distancia. Donghyuk estaba riéndose a carcajada mientras se recostaba sobre otro muchacho entre murmullos, un grupo de chicas frente a ellos parecían estarle contando algo y él cargaba la mochila de una de ellas. No había forma de que no fuese Donghyuk, sus hoyuelos, el largo de su cabello ahora rubio y los anteojos de sol descansando en su cabeza, Yunhyeong lo recordaba perfectamente. 


         Esa fue la primera vez que volvieron a encontrarse y aunque Yunhyeong deseaba correr a abrazarlo y hacerle tantas preguntas, no lo hizo...  porque cuando sus miradas se encontraron, Donghyuk continuó sus acciones como si no lo hubiera visto. Lo mismo se repitió el día siguiente y el siguiente, Yunhyeong intentó tropezar con él, intentó hacerse notar de las formas más naturales posibles, pero incluso si compartían un par de clases, Donghyuk no le hablaba y actuaba como si jamás se hubiesen conocido. Pero lo que pasó ese día fue lo que le rompió el corazón. 



—¡¿SONG YUNHYEONG?! ¿EL SONG CON MOÑOS Y QUE USABA DELANTAL DE ABUELA PARA COMER EN EL PARQUE? —Una voz extremadamente ruidosa causó que el mencionado diera un salto seguido de otro más al encontrarse con el dueño del comentario.

—No, no soy ese. —Respondió Yunhyeong intentando ignorar al muchacho que acababa de tropezarse en el camino a la biblioteca porque por más que fuese agradable ser recordado, encontrarse con uno de los niños que lo molestaba en la escuela no era precisamente lo que deseaba. —Me estás confundiendo.

—Si lo eres, tienes un carnet con tu nombre colgando del cuello. —Apuntó directo al objeto mencionado burlándose entre palabras. —¡¿No te acuerdas de mí?! —El muchacho se golpeó el pecho con orgullo y sonrió tras pasarse la mano por su cabello rubio. —Junhoe, Koo Junhoe. 

—Ah.. Junhoe... Que bueno verte. —Yunhyeong hizo una pequeña reverencia como saludo y trató de escabullirse, pero el otro se colgó de inmediato de sus hombros haciéndolo retroceder.

—¿Cierto que es bueno verme? Te debes morir de curiosidad por saber de mí, pero no tengo mucho que contar, en realidad estuve enfermo por dos semanas y me he atrasado muchos meses pero ya llegué y ahora tengo un nuevo amigo.

—¿D-de verdad? —Preguntó con la esperanza tonta de que le dijera que ese amigo era Donghyuk, después de todo ellos dos eran los únicos de su pasado que había visto en el campus. —¿Y quién es?

Paper Rings | YunDongWhere stories live. Discover now