20. Nico planea un súper plan ultrasecreto

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Jason

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Jason

Hoy terminaba el verano. Bueno, quiero decir el verano en el campamento. Y como mis amigos y yo cambiamos de campamento para semidioses más que de ropa interior, íbamos a pasar el invierno (y el otoño, bueno) en el Campamento Mestizo, en Long Island. Además, ayudaríamos a Percy y Annabeth a instalarse en su nuevo hogar.

Annie no nos había dicho nada, y Percy tampoco. Era el secreto mejor guardado del verano. Pero ambos insistían en que iba a ser una grandiosa sorpresa.

—Ya terminé con las maletas —afirmó Nico.

—Igual —contestó Frank.

—Las chicas estarán terminando de desayunar. Debemos ponernos en marcha cuanto antes. Suerte que Percy y Annabeth vayan en avión. Ya nos podría ayudar mi padre a mí de vez en cuando.

—Lo suyo fue una excepción, Jason —dijo Nico—. La luna de miel era en Santorini. Ellos hacen horas que están en el avión.

—Ya bueno.

—¡Listas! —exclamó Hazel, entrando por la puerta con las demás—. Vamos, si no, llegaremos de madrugada. Quiero llegar para la fogata.

Frank la miró con una pequeña risa.

—En coche vamos a tardar 43 horas. Y eso si fuera directamente. Pero tardaremos mucho más.

—¿Qué? —exclamó Piper—. ¡Yo no puedo aguantar tanto!¡Y, encima, no tenemos ni a Thalia ni a Annie!

—Tranquila, Pips —Álex la abrazó por los hombros—. Nos mantendremos unidas. Seremos una piña.

♪༄♪

Íbamos ya en el coche, a penas habíamos salido de la ciudad. Yo conducía con Nico de copiloto, aunque estaba más ocupado en revisar a Álex por el retrovisor que por leerme las direcciones del GPS.

—Sabes que no se va a morir, ¿verdad? —le dije—. Está embarazada, no enferma.

—Ya, pero se puede encontrar mal —respondió—. Me aseguro, nada más.

—Relájate, estamos de viaje en una caravana destino a uno de nuestros dos hogares en la Tierra. Disfruta del momento. Pocas veces has montado en un medio de transporte que no sea un carro tirado por caballos.

—Ja, ja, muy gracioso, Jason —me miró fieramente—. Me gustaría hablar contigo cuando lleguemos. Necesito tu opinión.

—Aunque sea privado podemos hablar ahora, ella están cantando hasta quedarse sin aire y no echan cuenta ni del clima.

—Amm... Ok... —suspiró—. Quiero casarme con Álex.

—¿Qué? —exclamé sorprendido.

El eco de las sombras || Nico di Angelo (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora