2.

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Sin duda alguna esta es la última vez que salgo de fiesta, ¡lo decreto! Ok tal vez suene muy exagerado, pero la realidad es que no me siento cómoda, solo hay personas rozándose unas con las otras, bebiendo, fumando y estoy segura de que vi una pareja haciendo cosas en una de las esquinas de la sala en la que nos encontrábamos.

Lo que más me molestaba de este lugar es que no hay buena luz, sí, necesito buena luz para poder leer, en mi defensa, todas las personas a mi alrededor parecen estar fuera de sí, lo cual es una excelente excusa para no hablar con ellas, ya no sabía que hacer por eso decidí buscar a Sara, en el camino vi a una pareja besuqueándose, la chica supongo que sintió mi presencia porque se apartó del moreno

—¡Oye, tu! —dijo gritando puesto a que la música estaba muy alta, me voltee hacia ella, no sabía si era conmigo que ella estaba hablando.

—¿Me hablas a mí?

—No, querida le hablo a mi abuela, ¡¡claro que te estoy hablando a ti!!— dijo ella empujando al moreno que antes le devoraba la boca.

Anne.

—Hey, ¿ya te vas reina? —le dijo el chico con un tono de picardía.

—sí, no me calientas lo suficiente. —dijo encogiéndose de hombros, mientras se acercaba a mí.

—¿ah sí? De todas maneras, no estabas tan buena. —dijo el moreno alzando aún más la voz.

Anne freno de golpe, sonrió con malicia mientras agarraba el vaso lleno de alcohol más cercano, sus ojos celestes se iluminaron, cuando ya tenía el vaso en la mano no le dio tiempo al chico para que se arrepintiera y le arrojó todo el alcohol en la cabeza.

—no te vuelvas a acercar a mí si no quieres pasar por una humillación mayor a esta. —dijo dándose la vuelta hacia mí, diciendo. —Ahora, tu tengo que hablar contigo— me rodeó con su brazo por el cuello, llevándome hacia la fiesta de la que estaba intentando huir.

Otra vez estaba en ese sitio tan estresante, no sé porque es que Anne había decidido llevarme para allá de nuevo, mientras nos adentrábamos más, los chicos se nos quedaban viendo, yo sabía o mejor estaba completamente segura de que solo la estaban viendo a ella y eso me hacía sentir aún más incómoda.

Cuando llegamos a lo que supuse era el rincón que ella me quería llevar me espetó tres palabras que me dejaron atónita.

—aléjate de Graham. —¿qué coño?

—¿Disculpa? —pregunté confusa.

—¿Acaso eres sorda? Te estoy pidiendo que te alejes de Graham.

—Claro, eso lo entendí, pero ¿Por qué lo haría? —ella puso los ojos en blanco y dijo.

—Voy a ser lo más directa posible, por eso no me odies. —no te preocupes ya lo hago y casi ni hemos hablado. —Graham y yo tenemos un pasado, uno bastante marcante en la vida de los dos y por si no lo sabes yo fui la que lo sacó de la mierda en la que tú lo metiste.

—¿¡Qué!? No sé de qué...

—Cállate y escucha— dijo continuando. —, yo he estado siempre para él, siempre, ¿lo entiendes?, y por nada en el mundo voy que dejar que lo vuelvas a enamorar, él es mío, ¿entendiste? — se dio la vuelta y se encaminó hacia Graham que estaba hablando con un par de chicos.

No lo hagas.

No lo hagas.

No debes hacerlo.

No es el momento.

No es el lugar.

Bebe algo.

Te EncontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora