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—¿Qué te han parecido hasta ahora? —dijo el rubio sentándose en uno de los muebles de la casa.

—Cada uno de ellos tienen algo que me hace recordar a ti. —reí. —Aunque debe ser por el parecido que tienen todos en los ojos, me hace sentir tan ordinaria al tener los ojos tan oscuros. —comenté rascando mi nuca y noté que Jake se acercó más a mí.

—Pues eso es lo que te hace aún más especial. —nos pusimos de pie y Jake no perdió tiempo en darme un abrazo. —Ok, ahora la mejor parte de la noche, saludar a mi madre. — quería decirle que no pero tenía ese brillo en los ojos, uno que nunca le había visto, así que asentí.

Jake con su mano junto a la mía me guio hacia la cocina de donde salía un olor espectacular y se podía oír la voz de una mujer tarareando una canción.

—Hola, mamá. —dijo Jake abriendo la puerta de la cocina haciéndome paso para que entrara.

Una vez dentro Jake se dirigió rápidamente hacia su madre para abrazarla, esta era una imagen que a pesar de dejarme algo triste porque nunca tuve este tipo de relación con mi mamá, también me dejaba bastante feliz por ver el tipo de madre que Jake tenía.

Mientras estos dos se abrazaban pude notar como mis nervios aumentaban.

—Oh. —dijo la madre de Jake separando su abrazo, mientras me veía. —¿esta es la chica de la que me hablaste en la llamada? —Jake asintió—Vaya, que hermosa eres jovencita. — dijo la señora acercándose a mí. —¿Ya son novios?—por los nervios no supe que responder, sabía que debía haber dicho que no pero Jake, no perdió ni un segundo y respondió enseguida.

—Estamos en eso mamá. —giré tan rápido mi cabeza hacia el rubio que sentí como dolía mi cuello, mientras, él reía por mi reacción.

—Jake, ya asustaste a la chica, soy Marie querida. —dijo la señora abrazándome.

—Evelyn. Un gusto, Marie.

De un momento a otro, Jake nos había dejado solas en la cocina pero por algún motivo era divertido hablar con Marie, ella era una mujer demasiado simpática por lo poco que conocía de ella, es un poco más alta que yo, rubia y con una sonrisa hermosa que me hace recordar a Jake, la única cosa que pude notar que tiene de diferente al resto de la familia del rubio, son sus ojos no son claros como los de los demás, por lo contrarío son bastante oscuros tanto que llegan a parecer negros.

—Bien, y dime Evelyn, ¿desde cuándo se conocen tu y Jake?

—Hum... si no me equivoco desde este verano, nos conocimos en una fiesta que estaba dando en su pent-house, pasaron algunas cosas y él me ayudo a escapar del ruido. —ella asintió.

Seguimos hablando hasta que alguien abrió la puerta de la cocina de forma agresiva, cuando me di la vuelta desde la silla junto a la isla de la cocina, estaba ahí una de las personas que menos me quería encontrar.

—¿Qué haces aquí?

—Ehm.

—Anne, querida, ¿ya conoces a Evelyn? —preguntó Marie.

—Ya la he visto un par de veces. —dijo la pelirroja mirándome respectivamente.

—Oh, genial, pues Jake la ha invitado. — dijo Marie con una sonrisa enorme en la cara.

—¿¡Qué!? Mamá esto es injusto. ¿Por qué Jake pudo traerla a ella y yo no pude traer a Graham? —dijo la pelirroja con tono de enfado, vaya ya casi me había olvidado de la existencia de Graham.

—Debe ser porque tu traes un chico diferente cada año. —respondió de malas maneras Jake entrando a la cocina dirigiéndose al refrigerador.

—Jake, tu hermana me hablaba a mí. —suspiró y dirigió su mirada hacia Anne.—Si dejé que tu hermano trajera a Evelyn es porque es la primera vez que él me habla de una chica en su vida, así que debe ser serio, tú por otro lado querida traes a chicos diferentes, ni siquiera me da tiempo de aprenderme sus nombres.

Te EncontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora