22.

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Finalmente había llegado el día. Hoy, 27 de agosto de 2024, era la boda de dos de mis mejores amigos y, aunque debía estar nervioso por el hecho de ser el padrino de los novios, me encontraba más nervioso porque sabía que tendría que ver a Evelyn, entrar a la iglesia con ella sosteniéndose de mi brazo.

Para. Te torturas a ti mismo.

Es cierto, pero no podía evitarlo. Bien, no interesa, hoy no es mí día es el día de Ben y Sara.

—¿Cómo te sientes, tonto? —pregunté a mi mejor amigo, que en este momento parecía más un fantasma que el Ben que conocía. —Ben, ¿te sientes bien? Te ves pálido.

—¿Y si Sara se arrepiente al último momento y no se quiere casar conmigo?

¿Será que cuando sea mi turno de casarme, me pondré así?

Te pondrás peor, de eso no cabe duda.

No lo creo.

Ya veremos.

—Ben, los dos sabemos que Sara jamás haría eso. Además, ha tenido la oportunidad de huir en todos estos años. ¿No lo ha hecho, cierto? —él negó con la cabeza. — Bien, entonces no tienes por qué preocuparte. Anímate, hermano. Te vas a casar con el amor de tu vida ¿Y sabes que es lo mejor? Que ella está más que emocionada porque se va a casar con el amor de la vida de ella. Todo saldrá bien, amigo.

—Debiste elegir psicología, Jake. —dijo en chiste, sabiendo que nunca me gustó esa área. No pude evitar reírme. —Gracias, amigo.

—No hay de qué.

:.. ..:・゜゚・*

Ahí estábamos, Eve y yo. Parados en la puerta de la iglesia, preparándonos para entrar antes que nuestra mejor amiga, para que la ceremonia pudiera comenzar. Ni siquiera podía verla, pero sentía su fuerte presencia a mi lado.

—Bien, —dijo la planificadora de la boda. —Ustedes dos, deben entrar justos, como es obvio, pero necesito que ¿tú...? —preguntó, esperando que Evelyn se presentara.

—Evelyn. —Wow, hace años que no escuchaba su voz, ya no tenía la voz de niña pequeña que solía tener.

Bueno, ¿y qué esperabas, tonto? Han pasado años; es obvio que su voz cambió.

—¿Y...? —dijo, esta vez esperando a que yo me presentara.

—Jake. —Dije al instante.

—Bien, Evelyn y Jake. Deben entrar lentamente, Evelyn, debes envolver el brazo de Jake con tu mano derecha y sostener el ramo con la izquierda. Jake, tu brazo izquierdo debe estar en 90 grados y el derecho debe estar suelto. ¿Entendieron? —antes de que pudiéramos responder, continuó hablando. —Claro, que sí. Bien, dentro de unos minutos, volveré con ustedes. Debo explicarles lo mismo a los otros.

Y, silencio.

Sin poder contenerme, dirigí mi mirada hacia Eve, pero cuando lo hice, ella ya me estaba viendo a mí.

—Te ves, ahm... —parecía nerviosa. —Te ves muy bien, Jake.

Mierda, ¿Por qué su voz sonaba tan serena y sensual al mismo tiempo?

Bien, dile algo. No te vas a quedar viéndola como un psicópata.

—Eve...tú... — Antes de que pudiera continuar, vino la planificadora y nos interrumpió.

—Muy bien, en un minuto deben entrar, vayan poniéndose en posición.

Cuando Evelyn envolvió mi brazo con su mano, sentí un escalofrío en todo el cuerpo; era impresionante el poder que Evelyn tenía sobre mí. Y como si mi mente me quisiera hacer sufrir más de la cuenta, recordé las palabras que le dije en la boda de Ronald y Ruby.

Te EncontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora