Cinco meses después.
—¿Oye y qué tal te está yendo en la universidad? —preguntó Sara a través de la video llamada.
—Ha sido un poco ajetreado, aunque no hemos hecho la gran cosa, solo presentaciones, ya sabes ¿y tú?
Desde que me mudé no había tenido tiempo de pensar en cómo estaban las cosas por allá; apenas y había llamado a mis padres o a Jack. Me la pasaba siempre con Nadia, ah, cierto. Nadia.
Nos hemos mudado juntas, ella encontró un punto medio entre lo que sus padres aceptaban como carrera universitaria y algo que le llamase la atención. En fin, resulta que la universidad a la que va queda a unos veinte minutos de la mía, lo que nos queda genial, ya que al compartir gastos nos sobra más para otras cosas.
El punto, joder siempre cambiando de tema. Es la primera vez en estos, hum, creo que tres meses que hablo con Sara, la cual en un inicio se encontraba realmente disgustada por el hecho de que no le hubiera dicho nada, pero en mi defensa, creo que no había mucho para decir.
—Si quieres saber cómo está Jake, puedes preguntármelo directamente, nos conocemos desde hace años, Eve. No hay rodeos entre nosotras. —Obviamente no quería saber sobre Jake, no me ayudaría con el progreso que estoy teniendo.
Ya, sigue mintiéndote a ti misma, que el resto no te cree.
—Oh, solo preguntaba cómo estaban las cosas. —Pude oír un suspiro del otro lado de la llamada. Sabía que Sara no me creía ni un poco, así que decidí cambiar de tema. — ¿Te conté que aquí en casa Nadia y yo tenemos una plantita?
—Eve, no hemos hablado mucho desde que te mudaste y las pocas veces que lo hicimos no recuerdo haber oído nada sobre una plantita.
Bien, tenía razón, así que levante el pequeño cactus que Nadia y yo habíamos escogido para decorar nuestro frío y pequeño departamento, para mostrárselo a Sara.
—Se llama Roxy. —Dije con una enorme sonrisa mientras se la mostraba.
—¿le han dado un nombre a un cactus? —antes de que le pudiera decir cualquier cosa, continuo. — Antes de que respondas, quiero reformular mi pregunta. ¿Le han dado nombre de prostituta a un cactus?
—¡¡hey!! Ellas sienten y escuchan al igual que nosotras, ¿ok? —noté como la castaña rodaba sus ojos con cara de burla.
—Eve, he llegado.
—Estoy aquí. —le grité desde la sala.
—Hola, amiga. Oh, veo que tienes compañía ¿Quién es?
—Oh, ¡holaaa Sara! Debo admitir que tenía la esperanza de que fuera Jake del otro lado.
—No te preocupes, por lo menos tú eres sincera; Eve ha intentado saber cómo está de manera muy indirecta, pero no le he dicho nada.
—Muy bien, la verdad es que es un poco pesada, ¿sabes? Decidió irse y no para de hablar de él siempre que puede.
¿Y estas dos qué?
Debemos admitir que tienen razón, eres una pesada.
—Bien suficiente, adiós, Sara. Saludos por allá. —Colgué sin esperar a que me respondiera.
—Bueno, ¿quieres dar una vuelta? — Habló la pelinegra. Lo que más me gustaba de convivir con Nadia, es que no insistía si me notaba incómoda.
—Me pongo un suéter y vamos.
Estuvimos todo el camino sin hablar, la verdad es que no hacía falta, ya hablábamos demasiado durante la noche cuando no podíamos dormir, solo disfrutábamos nuestra compañía. Aunque como era de esperar, mis pensamientos no me permitían estar mucho tiempo callada.
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Te Encontré
Romance- Acuérdate de mí, cuando sientas que no hay amor suficiente para ti, para cuando sientas que estás sola, para cuando sientas que estás lista para amar. -suspiro, aguantando sus lágrimas, tan solo a unos centímetros de distancia. -Solo acuérdate de...