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—¿Tienes hambre? —preguntó en voz baja yo solo asentí no tenía muchas energías para hablar con él.

El simple hecho de estar a su lado me hacía sentir tan incómoda, me hacía recordar todo lo que él había hecho la noche anterior.

Me sentía tan mal, pero no sabía realmente cuál era el motivo, quiero decir tenía varios, uno de ellos era el que Graham y Anne se hubiera divertido de forma escandalosa, preferiría no haber tenido que escuchar eso toda la noche y otro de los motivos era que Jake había sido tan dulce conmigo y me moleste por una tontería.

—Vamos a desayunar con algunas de los chicos que estuvieron en la fiesta. — comentó Graham sacándome de mis pensamientos.

—¿Sara estará ahí? —Él asintió y yo no dije más nada.

—Llegamos. — dijo después de unos largos treinta minutos.

No hablamos en todo el camino, creo que tampoco había mucho de qué hablar y estoy segura de que ninguno de los dos quería discutir a estas horas.

—Graham. — se escuchó una voz chillona a lo lejos, era Anne, puse los ojos en blanco.

Graham por otro lado se veía algo incómodo por la situación.

Ayer en la noche no parecía nada incómodo.

Anne lo había envuelto en un abrazo, algo forzado, buscando que me sintiera mal, pero viniendo de ella, no me sorprendió en lo absoluto, giro su cabeza hacia mi dirección y dijo.

—Oh, hola, Evelyn. —examinó mi vestimenta, pero no me sentí tan incómoda al ver que ella llevaba la misma camisa que tenía Graham ayer en la fiesta. —. Te queda bien la ropa de mi hermano. —dijo con una sonrisa maliciosa y de inmediato me sonroje.

Mire de reojo a Graham y tenía la mandíbula tensa y los puños.

—Veo que no fuimos los únicos que se divirtieron. — le dijo Anne al pelinegro y eso fue suficiente para espantarme, me di la vuelta y me adentré en el café que estaba justo al frente de nosotros.

—¡Eve! — no me dio tiempo de decir nada pues Sara ya me tenía completa asfixiada por el abrazo que me estaba dando. — perdóname, amiga, no debí dejarte sola. — dijo con tono de arrepentimiento, pero después su mirada cambió a una picara al ver mi ropa. — pero, por lo menos estuviste en buenas manos.

—No pasó nada, —le aseguré— lo único que hicimos fue hablar.

—¿Qué?

—¿Qué de qué?

—¿me estás diciendo que Jake no intentó pasarse contigo anoche?

—¿Por qué habría de pasarse conmigo? — la miré confundida.

—creo que le gustas. — dijo encogiéndose de hombros y continuó. — Vamos, los estábamos esperando.

Sara me llevó a una de las mesas de la esquina, en donde estaban dos chicos, un moreno con los ojos verdes y una sonrisa encantadora. —Él es Ben. — dijo Sara señalándolo.

—un placer, soy Evelyn.

—Lo sé, un gusto. — dijo el moreno y después dirigí mi mirada hacia el otro chico, ya lo conocía.—. Y bueno—continuó Sara. —, ya conoces al cabezota de Jake.

—Hola. — dijo tímidamente.

—Hey. — me senté a su lado.

Ben y Sara parecieron ignorar nuestra incomodidad, yo estaba segura de que le quería decir algo, tenía que hacerlo, cuando dirigí mi mirada hacia él, noté que no era la única con esas intenciones, Jake parecía querer decir algo.

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