23.

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No sé cuándo ni cómo, pero después de ese pequeño momento que de cierta manera se sintió íntimo. Salimos a la terraza, yo no solía beber, pero el alcohol era lo único que me ayudaba a calmar mis nervios.

Estuvimos hablando sin parar, Eve me contó lo difícil que fue salir del trabajo en el que la explotaban solo por ser una "novata" y abrir una editorial con su compañera de departamento. Hubo un momento en el que ella me estaba hablando de su nuevo libro, el que por cierto me lo había leído en dos días, momento el cual por alguna razón me hizo recordar a cuando nos conocimos. Y sin poder evitarlo me le quedé viendo embelesado, sabía que Evelyn se convertiría en una gran mujer, pero no todos tienen la suerte de haber estado con una gran mujer. Yo tuve esa suerte.

Todo iba de maravilla hasta que recibió una llamada.

—¿Hola? —dijo entre risas por lo que acababa de decir. Hasta que algo del otro lado de la llamada la puso seria. —Ah, hola. —no mencionó la persona que la estaba llamando y parecía incomoda por estar hablando en frente de mí. —Necesito que me disculpes, Jake. Debo atender esta llamada en privado. —dijo tapando su teléfono mientras se levantaba, para alejarse de mí.

—Si, no...—Ya se había ido. —No te preocupes...

—Vaya, pensaba que terminarían la noche juntos, pero veo que estás muy oxidado. —Resonó la voz de Ben atrás de mí. — Debiste seguir mi consejo y salir con algunas chicas, Jake.

Antes de que pudiera decir nada Sara apareció detrás de nosotros y le dio una palmada en la cabeza a Ben, antes de dirigirse a mí.

—Pues a mí me alegra genuinamente que no hayas seguido ese consejo asqueroso, Jake. —Asentí con miedo de decir cualquier cosa que la pudiera llevar a darme una palmada en la cabeza mí también. — No debes preocuparte, será una llamada de trabajo, por lo que siempre hablamos, son escasos los momentos de descanso que tiene Eve.

—¿Saben cuándo regresa a España? —pregunté, cambiando de tema.

—¿Nos estás diciendo que has pasado toda la noche hablando con ella y no le has preguntado cuando regresará? —preguntó, Ben interviniendo una vez más.

—Es que creí que arruinaría el momento. —Después de decir esto en voz alta noté lo estúpido que sonaba. —La verdad es que no recordé pregúntaselo.

—Bien, podrás hacerlo ahora porque está viniendo en nuestra dirección.

—Hola, recién casados —dijo Eve, con una enorme sonrisa en su rostro. —Trabajo. —dijo alzando su teléfono, mientras que Ben y Sara me lanzaban una mirada de «te lo dijimos». —¿De qué hablaban?

—Qué bueno que lo preguntas, amiga, justo hablábamos de ti. —respondió Sara enseguida.

La reina de la sutileza, la llaman.

—Oh, vaya. —Eve parecía algo incómoda; nunca le gustó ser el centro de las atenciones y saber que estábamos hablando de ella la dejaba incómoda. Podía notarlo.

—La verdad, es que les estaba preguntando cuando regresarías a España, me gustaría que pudiéramos salir en este corto tiempo que vayas a estar aquí.

—Muy bien, hermano. Directo al grano. —Susurró Ben en mi oído.

—Oh, bueno, estaré una semana más. Ya saben, visitaré a mi familia.

—Genial, Jake podría ir contigo, Eve.

Y seguimos con la sutileza.

—No es necesario, seguro que Eve quiere pasar tiempo sola con sus padres.

La verdad es que después de que Evelyn se fuera a España, no perdí ningún tipo de contacto con sus padres o con Jack, por lo contrario, éramos bastante unidos, pero por lo que tenía entendido Eve no estaba enterada de eso. De hecho, apostaría lo que sea a que ella piensa que no veo a sus padres desde hace casi diez años.

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